Y ahora ¿qué hago? #1

26*** Un imbécil de lo peor.

Brett POV

Brett se giró en la cama adormilado y sintió algo caliente junto a él. Sus ojos se abrieron de golpe y entonces, todo lo que había sucedido la noche anterior volvió a su memoria.

Sonrió sin poder evitarlo.

Jessica estaba acurrucada a su lado en la cama. Las escenas de ellos dos haciendo el amor atacó sus recuerdos con violencia, pero por alguna razón que no lograba comprender del todo, no sintió que aquello estuviera mal, solo podía sentir calma.

Sin poder controlarlo sus manos se encaminaron hacia el dulce rostro de la chica junto a él y el sedoso pelo que lo enmarcaba. Con calma, fue descendiendo, recorriendo el camino entre sus pechos y luego, lentamente posándose sobre su abdomen.

Una sonrisa mucho más amplia se posó en sus labios.

Tal vez no fuera evidente para nadie más, pero desde algunos días atrás él había estado notando los leves cambios en el cuerpo de Jessica, se fijaba en la manera en sus pechos sobresalían aún debajo del uniforme y como, si llevaba ropa muy ajustada su abdomen se veía ligeramente abultado.

Lo más extraño de todo era que, pese a su reacción inicial, algo dentro de él que no sabía describir se sentía bien con eso. Tal vez ¿Emocionado? No sabía decirlo con exactitud... Pero no se sentía mal.

La idea de estar próximo a ser padre causaba en él una amalgama de sensaciones, desde que había acompañado a Jessica a su consulta la semana anterior, desde que había visto la imagen de la ecografía, aquel punto borroso en la pantalla; desde que había escuchado esos acelerados latidos todo lo demás había dejado de ser importante.

Todo lo que no fuera su hijo... Todo lo que no fuera Jessica.

Desde el punto de vista práctico estaba cometiendo un gran error. Solo Dios sabía lo mucho que había insistido para casarse con Miranda, tal vez no por las razones correctas, pero lo había deseado. Había querido hacer lo correcto.

Pero casarse con Miranda ya no era lo correcto.

Su error había sido pensar que ella lo entendería, que Miranda aceptaría el hecho de que ya no quería casarse, de que en realidad nunca había querido hacerlo. Y obviamente no había sido así.

El día anterior, cuando le había contado a Miranda que quería cancelarlo todo ella se había puesto histérica; había gritado, tirado cosas al suelo. Brett no había querido hacerle daño, sabía que ella no se merecía pasar por aquello otra vez, pero el tampoco merecía pasar el resto de su vida con alguien por quien sólo sentía amistad por una razón tan tonta como aquella.

"¿Y hasta ahora te das cuenta, inútil?" le gritó una voz en su interior.

A su lado, Jessica se movió hasta quedar vuelta un ovillo entre sus brazos, como si hubiera escuchado a los engranajes de su cabeza funcionando a toda máquina.

Le sorprendía que, de todas las cosas que lo atormentaban, haberse acostado con Jessica no era una de ellas, aunque sinceramente tampoco se había sentido mal la primera vez.

El sonido de la alarma lo arrebató de sus pensamientos. Jessica a su vez dio un salto por el estridente sonido del aparato. Brett debía reconocer que era bastante molesto, pero era la única manera de asegurarse que el despertador lograra su cometido; levantarse temprano no se le daba bien.

Mierda murmuró Jessica, era evidente que aún continuaba en un extraño punto entre el sueño y la conciencia. Miró en todas las direcciones como si estuviera intentando ubicarse, luego sus ojos chocaron con los de Brett y volvió a susurrar Mierda.

Ella se levantó rápidamente de la cama y luego, al notar que estaba desnuda tomó una sábana y se cubrió, al menos hasta que se fijó en que él también estaba desnudo. Brett sintió ganas de carcajearse al ver como el rostro de Jessica pasaba de la palidez al rubor en instantes.

¡Cúbrete! – exclamó dándose la vuelta y a la vez colocando ambas manos sobre sus ojos. Resultaba bastante gracioso, pero Brett prefirió no hacer ningún comentario al respecto.

Él extendió el brazo y tomó lo primero que alcanzó para cubrirse mientras la escuchaba decir "mierda" una y otra vez.

Brett no pudo evitar pensar que aquella situación estaba volviendo a repetirse. Todo aquello de ellos acostándose y luego Jessica haciendo una montaña de un grano de arena. Si por algina razón dejaba que saliera de la habitación sin hablar sobre el tema, aquello sería un círculo vicioso que jamás se resolvería.

Recorrió los pocos pasos que los separaban y la tomó por los hombros, aunque Jessica continuó estando de espaldas y decía cosas como "maldición" y "esto está mal" una y otra vez.

Vamos, Jessica, no exageres. Hablemos sobre esto pidió intentando que su voz sonara amable. 
No. No quiero hablar balbuceó. Yo tengo que... Tengo que ir a trabajar.

De todas las excusas que pudo haber usado, aquella era la más estúpida. Brett lo sabía y sabía que ella también lo sabía. Sonrió sin poder evitarlo.



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En el texto hay: adolescente, jefa y empleado, embarazo

Editado: 02.05.2019

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