Y ahora ¿qué hago? #1

32*** Estaba segura de que le encantaba.

Jessica estaba sentada entre Brett y Penny, quien no dejaba de decirle lo grandioso que era que pudieran estar ahí todos cenando. Jessica no pensaba lo mismo, pero prefería no decir nada, sobre todo porque desde que se había sentado a la mesa el padre de Brett no le había quitado los ojos de encima.

Ella no podía dejar de sentirse como un bicho raro, en observación. aunque la conversación fluyera, todas las miradas estaban fijas en ella y no eran nada agradable.

—Y entonces, Jessica, cuéntanos sobre tu familia.

Sí, mucho había tardado la mujer, Erin, para continuar con su interrogatorio. Jess odiaba ser el centro de atención y como si fuera adrede el destino la había castigado con aquella condenada cena.

—No hay mucho que decir. Papá trabaja para una constructora y mamá se encarga de la casa. Solo tengo un hermano, mayor. —respondió con los dientes ligeramente apretados.

—Sí, yo lo conocí en una ocasión. —agregó Penny— Se llama Jason, es abogado.

Jessica la miró sorprendida. Podía jurar que no había hablado sobre Jason con ella. Penny le dedicó una sonrisa inocente que la confundió un poco más. Tal vez si lo había comentado y no lo recordaba. Estaba tan fuera de sí en los últimos días que ya no era consciente de lo que decía y lo que no.

—Sí. —corroboró, fingiendo una sonrisa.

—Sería todo un placer conocerlos. —sonrió la madre de Brett. Parecía como si Estuviese dispuesta a compensar todo lo que su familia no sonreía —¿Verdad, Philip?

El hombre solo respondió algo que Jess no pudo entender, pero aun así la situación comenzó a causarle gracia. Una cosa era no sentirse conforme con lo que sucedía y otra muy distinta era comportarse como un pequeño malcriado a quien se le negaba un juguete.

—Supongo que querrán casarse cuanto antes. —Esta vez fue Emma quien habló.

Jess se quedó de piedra. Y era mejor quedarse de piedra que gritar un "NO" rotundo. Miró a Brett y agradeció cuando el pareció entender lo que ella le rogaba con la mirada.

—Jessica y yo no hemos hablado sobre eso. —repuso él —Creo que estás apresurándote, abuela.

Jess esperaba algo más como un "No nos casaremos ni en un millón de años" pero entendía que Brett intentará ser un poco más sutil con lo referente a su familia.

—Entiendo que ustedes los jóvenes quieran hacer las cosas a su manera, pero yo considero que casarse es siempre la mejor opción —dijo la anciana con dulzura.

—Abuela... —Intervino Brett en el mismo tono. —No insistas. Vas a espantar a Jessica.

Para calmar un poco a la mujer Jess le dedicó una sonrisa.

Afortunadamente tras esas palabras la conversación fluyó por un terreno neutral, que no logró incomodarla. En su interior, ella le agradeció.

Cerca de las once de la noche por fin Brett se decidió a marcharse, Jess no pudo evitar sentirse aliviada. Una cosa era tener que lidiar con Brett y otra muy diferente era aguantar a toda la familia Henderson, incluyendo al gruñón de su papá.

Hacían unos minutos que se habían despedido de Dave, quien se había despedido con la excusa de que debía despertarse temprano porque volvía a viajar al otro día. Ella intentó no darle más importancia de la que merecía, pero le pareció como si él no estuviera tan feliz con todo aquello como fingía estarlo, por mucho que sonriera.

Luego de despedirse de todos con una sonrisa tan forzada que amenazaba con derretirse, Erin se acercó a ellos, ella no se parecía en nada a la mujer que Jessica había esperado encontrar. Enojada y avergonzada tras haber tenido que cancelar la boda de su hijo hacía poco menos de 24 horas. La mujer la miró con ternura mientras tomaba una de las manos de Jessica entre las suyas.

—Ha sido todo un placer conocerte, querida. Hablaba en serio cuando te dije que me gustaría conocer a tu familia, estaremos en contacto. —Tras aquellas palabras se giró miró a Brett ensanchando su sonrisa, pero sus ojos se cristalizaron. —Y tú, mi niño, cuando me alegra ver que ya eres todo un hombre. A Beatrice le habría encantado verte ahora... A mí me habría encantado que estuviera aquí. — dijo con un ligero temblor de voz.

Brett le sonrió con cariño y la abrazó brevemente. A Jess le gustó ver por primera vez a un Brett diferente, tierno, atento, cariñoso. Era otra persona con su familia.

—Vamos, mamá, no lo arruines ahora —la animó—. No llores.

Erin asintió y les sonrió, mientras retrocedía unos pocos pasos. Brett volvió a despedirse y por fin se marcharon.

El trayecto de vuelta a la casa también fue bastante silencioso. Era un silencio diferente, pero no por eso dejaba de ser algo incómodo.

Al llegar a la casa, Jessica salió del auto con rapidez. Quería estar en su habitación lo más pronto posible. sentía los pasos de Brett tras ella mientras cruzaba el amplio jardín, pero no lo miró en ningún momento. Se detuvo unos minutos mientras él abría la puerta y luego entró en la casa tras él.



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En el texto hay: adolescente, jefa y empleado, embarazo

Editado: 02.05.2019

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