y Cuando al Fin te Encuentre

CAPÍTULO 1

Las frases que solía decir mi abuela eran tan extrañas que no era tan fácil encontrarles sentido, pero sin duda su único propósito era aconsejarme sobre la vida y asegurarse de que sería una mujer ejemplar en el futuro.

Me encantaba escuchar todo lo que me decía, aunque no siempre la entendiera. Acostumbraba a visitarla y ella me leía historias de libros antiguos que tenía en su pequeña biblioteca, pero mis favoritos eran aquellos que trataban sobre viajes a otros lugares del mundo. En ellos se relataban las aventuras más extraordinarias, recuerdo decirle que quería conocer todos los sitios que esos libros me mostraban.

Los conocimientos sobre historia y geografía que mi abuela poseía me fueron otorgados conforme fue pasaba tiempo con ella y era divertido aprender a diario sobre países que elegíamos al azar. En poco tiempo llegué a saber más sobre el mundo que de mí misma.

Quería descubrir todo sobre él, contar mis propias aventuras y quien sabe… tal vez desmentir a alguno que otro autor, ¡Conocer el mundo era tan emocionante para mí! y ella apoyaba todos mis locos proyectos que tenía para el futuro, aunque eran descabellados y no consideraba todos los requisitos para cumplirlos, decía que podría lograr todo lo que yo quisiera.

Esto era suficiente para continuar fantaseando sobre mis futuros viajes y aventuras a todos aquellos sitios que deseaba visitar, fue así como inicié un diario de viajes. En el escribí muchas historias sobre mis aventuras imaginarias, claramente inicié con uno de mis lugares favoritos: Londres.

Escribía tanto como podía por días, viajaba por el mundo con solo encerrarme en mi habitación y escribir por horas. Tenía tan claro mi futuro que había pensado en cómo sería la vida después de visitar todos aquellos lugares que añoraba ver en persona. Imaginé un final como el de las películas, en donde la protagonista camina por las calles de Londres en medio de un hermoso atardecer diciéndose así misma: Lo lograste. Quería un final similar y tán emotivo como este. Londres era para mí, un lugar donde los sueños se hacían realidad, pues iniciarían y terminarían allí. No tenía idea de lo que seguiría después de cumplir con el diario de viajes y era algo misterioso que provocaba mi curiosidad cada que pensaba en ello.

Me gustaba hablar de esto con mi abuela una y otra vez, imaginar esa escena hacía que quisiera iniciar inmediatamente con la gran aventura que me aguardaba. Una vez mientras leíamos una historia sobre viajes en el tiempo, recuerdo decirle que me encantaría tener tan solo una imagen de mi futuro y llegó a los meses siguientes, exactamente cuando cumplí 16 años. 

Mi abuela me obsequió una pintura muy especial  de casi dos metros. Me pidió que la colgará donde siempre pudiera verla, dijo que era la imagen al futuro que tanto pedía tener.

En la imagen se ve un paisaje situado en Londres, justo en la calle directa hacia la Torre Isabel. El big ben se ve hacia lo lejos. También hay una pareja, los cuales van caminando por esta calle. Los acompaña en su viaje un paraguas rojo que sostiene el joven, ambos parecen muy enamorados debido a que están abrazados.

La imagen solo tenía colores grises, blancos y un toque de rojo brillante que solo poseía aquel paraguas, pero hacían una armonía tan única que no había razón para no amar esa pintura.

No entendía por qué me había dado la pintura de una pareja, ¿Cómo se relacionaba esta imagen con mi futuro?

Ella me dijo que en algún punto de mis sueños, me iba a enamorar y esa persona finalizaría los sueños conmigo. Terminó diciendo:

-Querida Mia, él llegará cuando tú más lo necesites, y cuando al fin te encuentre...te protegerá con un paraguas rojo de la lluvia. Entonces, sabrás que es él-

No entendía que quería decir con eso, al parecer el joven que se encontraba en esa pintura, era la persona que iba a encontrar tarde o temprano y de quien me enamoraría.

Sinceramente al imaginar aquel día, aparecía sola sin ninguna compañía, ¿Cómo es que mi abuela pudo imaginarme con alguien más en aquella escena? Pero, si sucedía así... ¿Quién será ese hombre? ¿Cómo llegaría a mí?

Desde que colgué el cuadro junto a mi cama, me pregunto lo mismo a diario.

Como puedes darte cuenta mi abuela tenía ideas muy originales, pero extrañas. Mi más grande incógnita se encontraba colgada en mi cuarto. La única imagen física que tenía de mi futuro era sobre aquella pareja caminando hacia la Torre Isabel.

Esa imagen se convirtió en mi favorita. La llevo a todas partes: en mi celular, cuadernos y hasta tengo una lapicera de esa imagen.

Se convirtió en una escena tan especial para mí, que cuando la miro, me hace recordar que mis sueños están esperando a ser realizados.

Pero no todo es color de rosa; por todo el tiempo restante fui una alumna ejemplar, sacaba las mejores notas y seguía añadiendo lugares nuevos a mi diario de viajes. Parecía tener un futuro brillante, mis propios profesores lo decían...hasta que la vida dio un giro inesperado.




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