Hoy fue un día de locos de la escuela, tampoco ayuda que entre a la facultad tomada de la mano con Aleister Brown.
Camino directo a mi auto pero no logro abrir la puerta de este cuando una persona me intercepta contra el carro.
— Dime que es mentira lo que se está diciendo en los pasillos.
Aaron Williams
Me volteo para quedar frente de él.
— Puedo hacerlo pero te estaría mintiendo - le respondo con indiferencia.
— ¿Tú con Brown? - me pregunta con cara de enfado.
— ¿Qué?, ¿Tu maldita hombría no te deja pensar que alguien es mejor que tú?
— Tú misma sabes que lo odio.
Nunca me dijo el porque solo era un tipo "No quiero hablar de eso".
— ¿Y eso es un problema para mi relación?
Antes de obtener una respuesta de su parte otra persona llega detrás de Aaron.
— ¿No estas muy cerca?, Ya sabes por el espacio personal- dice mi querido novio.
Aaron se separa de mi y ve a Aleister con impotencia.
— Si no lo había notado, tal vez tu novia te quiera cambiar por mi. - dice con arrogancia
— ¿No fue al revés, ella te cambio por mi? - dice Aleister poniéndose a mi lado tomándome de la cintura.
Dios! Ahora sería un buen momento para que me muriera ¿No crees?.
— Cariño, ya vámonos tengo hambre. - hablé antes de que se matarán.
— Si, porque aquí hay personas con la que es mejor no concurrir - dice él.
Que indirecta tan directa.
No nos despedimos y emprendimos camino al auto.
Me subo en el conductor y espero a que Aleister se siente al copiloto y cuando lo hace comienzo a mover el carro.
— Wow, esa fue una linda conversación, ¿No crees? - me pregunta
— Si te refieres a qué casi se matan con miradas y comentarios, si fue muy hermosa.
— Por lo menos no nos dimos golpes.
— Sería lo único que me faltará, creeme.
— ¿Qué quieres comer? - me pregunta poniendo la radio y comienza a sonar "Youngblood" de 5SOS.
— No tengo hambre - le respondo concentrada en la carretera.
— Pero hace unos minutos dijiste lo contrario - me dice y volteo hacia donde él está ya que el semáforo se puso en rojo.
— Solo era una excusa para irnos de ahí.
— Yo si tengo hambre, llévame a comer.
— ¿Quieres algo más? - le respondo
- Si se puede un beso, no me molestaría.
Me quedo quieta y lo volteo a ver y se comienza a reír de mí.
- ¡Acelera! - me grita.
Y dejé el auto sin moverse a la mitad de un boulevard.
— Demonios - maldije y comencé a acelerar.
— Era una broma - me dice con una sonrisa divertida . — Pero si quieres no es una broma.
No le contesté y solo maneje hasta el lugar de comida rápido más cerca.
— Da vuelta a la derecha - me ordeno.
— Lo sé.
Doy vuelta a la derecha entrando al aparcamiento del restaurante.
— Vamos al drive thru (auto-servicio) - me siguió ordenado.
Voy hacia ese lugar y me formó en la fila.
— Sabes pensé que eras más agradable.
¿Qué acaba de decir el muy idiota?
— Lamento no alcanzar tus expectativas - le digo con una cara de tristeza fingida.
— Para con esa cara de pena más fingida que la voz de los cantantes.
— ¡Oye! No todos los cantantes fingen.
— Pero si la mayoría.
— Eso no es argumento válido a la hora de hacer ese tipo de comentarios.
Me vio a los ojos, ya no había sonrisa divertida o burlona, lo único que estaba ahí era una cara seria y penetrante.
— Deja de verme de esa forma - le dije de manera de reproche.
— ¿De que forma te estoy viendo según tú?
— Tan penetrante y seria.
Una carcajada brotó de su garganta y lo único que pude hacer fue mirarlo con extrañeza.
- ¿De dónde sacas tantas cosas? - me preguntó - Ya es nuestro turno.
Porque mierda sentí algo cuando dijo "nuestro", no le tome mucha importancia porque no la tenía.
— ¿Qué van a ordenar? - pregunta la trabajadora.
— Dos hamburguesas con papas fritas cada una y dos sodas de Coca-Cola, por favor.
— Bien, efectivo o tarjeta.
Antes de poder responder una voz gruesa y profunda contesto.
— Efectivo.
— Pasen a la siguiente ventana, por favor.
— Gracias - respondí al mismo tiempo de poner el coche en marcha.
Se comenzó a reproducir "Sober" de Demi Lovato.
— Aquí está su pedido - dice la trabajadora.
— Gracias - decimos a la vez y después de pagar nos vamos.
— Esa canción siempre me hace que me sienta triste. - digo estacionando el carro.
— Es una buena razón para volverla mi canción favorita.
Hago como si no hubiera dicho lo último y sigo hablando.
— Pero aún así me gusta mucho.
— Mmm... Si, decidido será agregada a mi playlist.
Me río de lo que acaba de decir y el segundos después me acompaña.
— Comeré porque creo que no aguantaré otro minuto sin ingerir nada.
— Nadie te lo está impidiendo - digo en respuesta.
Saco las papas y y las baño el catsup.
— ¿Me das? - me pregunta Aleister.
— Pero tu tienes más.
— Si, pero las cosas saben mejor cuando no es tuyo.
Me comienzo a reír de su estúpido comentario.
— Bien, agarra lo que quieras.
— ¿Eso te incluye a ti?
Y solamente lo único fue reírme de lo que dijo.
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