Aleister Brown
Abro la puerta del copiloto, trato de hacer que Madelaine entre y se siente para ponerle el cinturón de seguridad.
Me acerco a su cuerpo para abrochar el cinturón, sin percatarme ella me toma la cara con las dos manos y me ve seriamente.
— ¿Alguna vez alguien te ha dicho que eres realmente agradable a la vista? - me dice con dificultad por el alcohol que tomo durante la noche.
— ¿Crees que soy atractivo? - le pregunté
— Yo no dije eso, yo dije que si alguien alguna vez te lo dijo. - me dice mirando cada facción de mi cara. — No pongas palabras en mi boca que no dije, ¿Ok? - me regaña
— Está bien, pero haré que algún día admitas que soy guapo.
— Espera sentado porque te vas a cansar.
Y lo único que pude hacer fue reír por lo último que comento.
Quito sus cálidas manos de mi cara, cierro la puerta y rápidamente entro al piloto.
Comienzo a manejar y no escucho nada a mi lado.
Tal vez se quedó dormida.
Pienso en el beso que nos dimos.
No sé porque le seguí, la hubiera parado, ella no estaba conciente de sus actos.
Pero besa muy bien.
— Una vez me caí por la ventana - escuché a mi lado — Fue un golpe fuerte, tuve que usar un yeso en el brazo derecho por todo el verano - sigue hablando — Otra vez casi me desmayo cuando tuve mi primera vez, fue vergonzoso y nunca volví a ver a la persona con la que fue - me dice eso que realmente no me importaba saber.
— ¿En serio? - le pregunto desinteresado.
— Sí, por poco llama a una ambulancia - dice riéndose
No le encontraba gracia alguna.
— ¿Y en serio tuviste que usar un yeso por tantos meses? - le pregunto para cambiar radicalmente de tema.
— Ooh, si,si, fue horrible, la única vez que me he roto un hueso - me dice totalmente concertada en su relato.
— Yo nunca me he roto un hueso.
— Es que tu eres raro. - me dice con cara de asco.
— Nunca nadie me ha dicho así, ahora será una palabra con la que me describiré en mi próxima entrevista de trabajo. - digo con ironía.
Y no recibo respuesta.
Tal vez ahora sí se durmió.
Llegó hasta la imponente casa y salgo del auto, camino abriendo la puerta del copiloto sacando a Madelaine.
La cargo como princesa y tocó su puerta.
¿Tu estás estúpido o te haces?
¿Quien demonios te va a abrir la puerta casi a las 4:22 de la mañana?
La puerta se abre y sale una mujer de unos tal vez 45 años con una bata cubriendo su cuerpo y me mira con asombro.
— ¿Quien eres y porque llevas a mi hija en brazos? - me pregunta con una cara de confusión.
Mierda,mierda,mierda.
Es la suegrita
No le puedo decir un " mire suegra, soy su novio, bueno ni tanto ya que fingimos porque su ex la engaño con su mejor amiga que ahora es su ex mejor amiga y pues a ella se le escapó una mentira que era que yo era con quién engañaba a su ex pero nunca habíamos cruzado palabra antes pero ella me necesitaba así que como soy una buena persona le brinde mis servicios de novio falso"
— Soy su nueva pareja, fuimos a una cena con mis padres pero tomo unas copas de más.
Joder, que fue lo que dije.
— Aaahh tu eres ¿Alex? ¿Axel? ¿Cómo te llamas? - me pregunta con una sonrisa
¿Cómo es que medio sabe mi nombre?
De seguro Madelaine le dijo algo.
Maldita sea en que me estoy metiendo.
— Aleister Brown, un gusto.
- Lucía Anderson, igualmente. - me dice con una sonrisa — Pasa, pasa, ve y déjala a su cuarto y luego vienes, quiero hablar contigo.
Jesucristo. Tengo miedo .
— ¿Cuál es el cuarto? - pregunto
— Sube la escaleras das vuelta a la izquierda, tercera puerta.
— Gracias, suegrita.
Me voy antes de que me conteste.
Y subo las escaleras... Vuelta izquierda y tercera puerta.
Entro a la habitación y fue todo lo contrario a lo que me imaginé.
Pensaba que tenía todo rosa y esas mierdas, pero no.
Todo es color hueso, con muebles color negro.
La dejo en la gran cama y comienza a balbucear.
- Te extrañé - dice y fue lo único que llegue a entender.
Le quitó los tacones y le doy un casto beso en la frente y cierro la puerta antes de bajar.
— Siéntate. - me dice Lucía
— Claro.
— Así que mi hija ya no está con Aaron... Interesante. Dime qué te gusta de mi hija.
Dios, apenas la conozco de un mes, no puedes conocer a una persona en un mes.
— Mmm tal vez que siempre llegué tarde, sus gustos, su forma de respirar - dije.
¿Qué hice en mi vida pasada para decir lo que dije?
— ¿Su forma de respirar? - me pregunta con el ceño fruncido
— Sí, es peculiar. - dije con nerviosismo.
— Bien, nunca me cayó bien Aaron, tenía ese algo que no encajaba.
— Si, es una mierda de persona. - dije seguro de mis palabras.
— ¿Tú sabes porque terminaron?
— Sí, pero no soy quien para decirle el porque, lo siento.
— Está bien, se lo preguntaré, me caes bien, espero que algún día vengas a comer con nosotras.
A lo que tengo entendido, el padre de Madelaine murió cuando apenas era una niña. Entonces desde ese momento solo eran Mad y su madre.
— Claro, me encantaría. Me tengo que ir es un poco tarde.
— Si, por supuesto.
— Que tenga una linda noche.
¿Porque noche si la dichosa noche ya pasó?
Se rió por lo que dije y me acompaño hasta la puerta.
— Póngale un vaso de agua y unas pastillas a Mad, le irían bien- digo en forma de despedida.
Subo a mi coche y voy hacia mi casa.