Extra del capítulo 05.
Lucía Anderson
Cierro el libro y apagó la lámpara viendo la hora.
4:20 AM
Fantástico, a levantarme a las 6:00 para ir al trabajo.
Me levanto del sillón pero antes de comenzar a caminar alguien toca la puerta.
¿Quien me tocaría la puerta tan tarde?
¿Un ladrón?
Un ladrón no te tocaría la puerta.
No sería tipo, "Hola, buen día, perdona la molestia pero, ¿Te podría robar?
Voy hacia la puerta y lo que veo me asombra.
El amor imposible de mi querida hija y ella.
El cargándola.
Parece que está borracha.
Tengo que hacer como si no lo conociera.
- ¿Quien eres y porque tienes a mi hija en brazos? - le pregunto tratando de que me vea confundida.
Te mereces un Oscar.
— Soy su nueva pareja, fuimos a una cena con mis padres y tomo unas copas de más - dice.
Con que es su nuevo novio.
Sonrío.
— Aaahh eres ¿Alex? ¿Axel? ¿Cómo te llamas? - digo haciéndome como si no supera su nombre completo.
Dios, mi hija estaba loca.
De tal palo, tal astilla.
— Aleister Brown, un gusto - dice presentándose.
Aay lindo, si supieras lo que sé de ti.
— Lucía Anderson, igualmente - digo sonriendo — Pasa, pasa, ve y déjala a su cuarto y luego vienes, quiero hablar contigo.
Entra a la casa y dice:
— ¿Cuál es su cuarto?
— Subes las escaleras das vuelta a la izquierda, tercera puerta.
— Gracias, suegrita - dice rápido antes de irse por las escaleras.
Suelto una pequeña risa por lo que dijo.
Me gusta el apodo.
Espero unos minutos y veo que va bajando las escaleras.
— Siéntate - digo seriamente.
— Claro.
Parece asustado.
— Así que mi hija ya no está con Aaron... Interesante. Dime qué te gusta de mi hija.
La verdad si resultaba intrigante el porque de su separación.
— Mmm tal vez que siempre llegué tarde, sus gustos, su forma de respirar.
Casi me río, casi.
Pobre chico.
— ¿Su forma de respirar? - pregunto.
— Si, es peculiar. - dice nervioso.
— Bien, nunca me cayó bien Aaron, tenía ese algo que no encajaba.
Y era verdad, solo lo toleraba porque mi hija quería estar con el, lo respetaba.
— Si, es una mierda de persona - dice muy seguro de sus palabras.
No quise indagar mucho en el tema.
— ¿Tú sabes porque terminaron?
— Sí, pero no soy quien para decirle el porque, lo siento.
— Está bien, se lo preguntaré, me caes bien, espero que algún día vengas a comer con nosotras.
Y si que me caía bien, se ve que es un buen chico.
— Claro, me encantaría. Me tengo que ir es un poco tarde.
— Si, por supuesto.
— Que tenga una linda noche.
Me rio porque la noche ya pasó.
Lo acompaño a la puerta y por último me dice:
— Póngale un vaso de agua y unas pastillas a Mad, le irían bien.
Cierro la puerta y suelto una carcajada.
Madelaine con su crush de toda la vida.
Una hija digna de su madre.
Subo las escaleras, entro al cuarto de mi hija y le doy un beso en la frente.
Salgo de ahí y voy a mi habitación.
Tocó la cama y sin darme cuenta me duermo.