¡Último capítulo!
Aleister Brown.
1 año después.
Me bajo del auto llendo hasta la tumba de mi madre.
Me arrodilló dejando las flores que hace unos minutos compré. Sonrío nostálgico hacia la piedra que lleva el nombre de la persona que me crío.
— Hola mamá, he estado bien, Bella es una niña realmente asombrosa, es alegre y muy inteligente, así como tú. Te extraño mucho pero sé que estás mucho mejor, ya no estás sufriendo. ¿Recuerdas a Madelaine? Sigue lidiando conmigo, está más preciosa que antes, es una gran chica. Papá está bien, hace unos meses que no lo visito, tiene una nueva pareja, es una buena mujer. Desearía que estuvieras aquí. - pienso en que más decirle. — Compré un departamento en el que vivo solo, bueno no tanto, Mad siempre está ahí, María estudia en Nueva York, cumplió su sueño, Alex y Sara siguen juntos, y Marco.... Tiene salud.
Suelto una pequeña risa.
— Tal vez le pido a Madelaine si quiere vivir conmigo... No sé que me vaya a decir. Posiblemente me diga que estoy loco, pero bueno no es como si le hubiera salido en un rifa, ella me eligió, ¿Cierto?
Silencio.
— Te amo, mamá.
Me voy solo al decir eso. Me subo a mi auto y voy directo a mi departamento.
Entro al elevador y coloco el piso de mi destino. Las puertas de metal se abren y salgo.
Escucho como alguien está cantando y solo río.
Abro la puerta y me encuentro a mi preciosa tratando de hacer la cena.
Me voltea a ver con sopresa.
— ¿Porqué estás aquí? - me pregunta.
— Esque es mi departamento, ya sabes, donde vivo.
— Si, pero... Debías llegar más tarde.
Veo como toda la cocina está llena de harina.
Joder.
— ¿Que estás haciendo?
Me acerco a ella y la tomo de las caderas.
— Está tratando de cocinar para ti.
— Ajumm.
— Esque... Tu siempre cocinas y no se me hacía justo, por eso ¡Tarán! Era una sorpresa.
Suelto una carcajada.
— Eso fue muy lindo pero si quieres te puedo ayudar. - me ofrezco.
— No, siéntate y sácame plática, estoy aburrida.
Me siento en un banco y veo como saca una masa del horno, y a decir verdad no parece que este muy bien cocida.
Ella solo me ve con una sonrisa. Y se la devuelvo.
— ¿Y que has hecho en tu día? - le pregunto.
— En la mañana hice el examen que te dije... - la interrumpo.
— En el que estudiaste como tres meses antes de que lo asignarán.
— Si... Creo que me fue bien... - la vuelvo a interrumpir.
— ¿Y que más?
— Déjame hablar. Después fui a comprar lo necesario para la comida, y lo demás lo sabes.
— Bien... ¿Te enteraste de la fiesta sorpresa que hará Sara para Alex?
— Claro, la ayude para organizarlo.
— Elegir los globos no es organizarlo, preciosa.
Me ve con cara ofendida.
— Por lo menos ayude.
— Nadie te está quitando el crédito de eso.
Masajea la masa y pone a cocer verduras.
— Será hoy.
— ¿Qué? - pregunta distraída.
— La fiesta.
— Cierto, con razón Sara estuvo muy paranoica todo el día, dijo que pensaba que Alex ya sabía algo.
— Alex sabe todo.
— Si... Pero de seguro se hace el sorprendido.
— Todos los años le hace una fiesta sorpresa.
Seguimos hablando y cuando termina la cena solo me ve con una sonrisa.
Por esa sonrisa haría todo.
Me sirve la comida en un plato y se queda a mi lado parada.
— ¿No te vas a sentar? - le pregunto.
— Ohh... No, tu eres como el juez, tengo que estar parada.
— Vamos siéntate.
Lo hace y me ve esperando que lo pruebe.
Meto el primer bocado a mi boca.
No está malo, malo. O sea malo no está. Quita el hambre.
— Está muy bueno, preciosa.
Sigo comiendo, ella solo me ve con una sonrisa emocionada.
— ¿Enserio? - me pregunta asombrada.
— Sí.
Da saltitos emocionados.
Solo le sonrió.
— Me voy a bañar. - dice antes de irse a la habitación.
Me como lo que resta, limpio lo que ensucio y voy a la habitación para ver qué mierda me pongo.
Veo las camisas formales y tomo una negra. Voy hasta los pantalones y agarró unos negros.
Entro al baño y veo como ella se está bañando.
— ¿Quieres ahorrar agua? - le pregunto seductoramente.
— Créeme haremos de todo menos ahorrar agua, asíque no, aparte no tenemos tiempo.
— Tu te lo pierdes. - digo antes de salir por la puerta.
Me siento en la cama y veo los mensajes que no he contestado ya sea por falta de tiempo o flojera.
Veo que no son nada importante y no contesto algunos.
Marco me llama y le atiendo.
— ¿Sabes cuál es la calle colibrí? - pregunta.
Pienso y no. No sé cuál es.
— No, ¿Por?
— Creo que me perdí.
— Mierda.
Busco en el Google maps donde es la calle y veo que está demasiado lejos de mi ubicación.
— Te puedo recoger en dos horas.
— Ya conseguí quien me lleve, gracias amigo. - y me cuelga.
Lo dejo pasar y veo como Madelaine sale envuelta en una toalla.
Admiro a la chica hermosa que se aplica cremas delante del espejo, muy concentrada en sus acciones.
— Deja de mirarme así. - me dice.
— ¿Cómo?
— De esa manera, como muy profunda. - dice viéndome a través del espejo.
— No te veo de ninguna manera.
Se queda callada, voy al baño y me aseo salgo con una toalla atada a la cintura.
— ¿Podrías ayudarme con el cierre?
Me acerco a ella y primero le beso el hombro descubierto.
Subo el cierre y me comienzo a arreglar.
Cuando estoy listo ella sigue aplicándose perfume.
Se voltea y me modela su vestido.
— Te ves hermosa.
— Gracias.
Me sonríe.
Salimos y vamos directo al salón donde se prepara la fiesta.
Damos las entradas para poder entrar al lugar, las mesas descaradas, las tenues luces, las personas elegantes.