Y si me devuelves los años...

Las vueltas de la vida

_ Creo que le gustas... Dejo caer Marisol cuando volvió de su viaje. 

_ Por favor Mari, no digas eso que lo último que necesito es hacerme ilusiones con un hombre como él. Además está totalmente fuera de mi liga. Un hombre como él vive en el jet set, casándose con modelos en un tiempo determinado y con los hijos perfectos, casa aristocrática y viajes a las Maldivas...

_ Y sin embargo es un caballero que se preocupo lo suficiente como para llevarte a la mejor peluquería que hay en el centro porque tuvo un accidente ...

_ Del que fue culpable...

_ Y se ocupó junto con su amigo del posible problema que pudimos tener con Nicolás, sin contar la protección extra de ese Mauricio que parece mi padre... La mire extrañada, no sabía que todavía veía a Mauricio Geller. 

_ Que pasa con Mauricio? No me miro a los ojos cuando le pregunté. Algo ahí pasaba o no...

_ Nada, que es un invasor. Desde lo de Nicolás siento que siempre está por ahí, en la periferia. Sabías que es dueño del hospital donde trabajo? Me enteré el otro día, cuando volví. Y parece muy amigo de mi nuevo residente. 

_ Que paso con el hermoso rubio que mencionaste antes...

_ Que sigue siendo el rubio más hermoso del mundo pero invasivo. Siento que lo veo seguido. Y ahora más desde que está en el hospital. 

_ No crees que quizás Le gustas?

_ No es para mí. Basta de hombres por ahora.

_ Has visto a Nicolás desde la última vez?

_No. Lo he bloqueado de todos lados excepto del mail que no se cómo hacerlo. Me escribe bastante seguido diciendo que me extraña. Y cosas así. No le doy importancia, ya casi no los leo. Antes me daban ganas de llorar porque a pesar de todo lo extrañaba, pero ahora no siento nada. 

_No te preocupa que intente algo?

_ No. Si tengo que pensar en que me va a hacer algo, no podría dormir por las noches ni hacer mi vida normal. Me encogí de hombros,  si estuviera enferma de miedo no podría vivir pero por otro lado me preocupaba la situación. No estaba segura, pero que siguiera en mente de Nicolás era para tener en cuenta. 

_ Y me dices que se había imaginado a tu ex ...

_ Si, y me preguntó si Ricardo me había golpeado cuando estabamos casados ya que se mostró bastante alterado cuando nos vio saliendo del salón. Imagino que fue por eso.

_ Que curioso... 

Pronto me despedí para ir al trabajo, Marisol se quedaría con Emilia el dia de hoy ya que mamá estaba de viaje y no había podido conseguir niñera todavía. 

Era miércoles, mí día con el sr Sáenz para trabajar en la decoración de su oficina en mí sede. Lunes y martes habían pasado como un flash y aunque no quería admitirlo me sentía levemente nerviosa o emocionada como me dijo Marisol cuando me vio arreglandome. 

Pronto llegué y me dirigí a la oficina, los obreros habían dejado algunas bolsas de basura sin sacar así que me dispuse a hacerlo, en camino a la puerta del callejón en donde estaban los contenedores, me pareció escuchar un ruido ahogado.  Sin embargo, no hice caso, abrí fuertemente la puerta, pero no había nadie, sin embargo, unos susurros habían llamado mi atención, pero por una vez decidí no ser curiosa, pero la suerte me guio a ellos sola. Hice fuerza y lancé la bolsa sobre el conteiner y esta se rompió, desparramando su contenido por todos lados, así que en cuclillas me dispuse a juntarlas. MI SUERTE.

_ Esta es la última vez…. Escuche decir a una voz de hombre, mientras el sonido de un forcejeo y ruidos de boca se escuchaban.  

_ No no León, no entiendes….

_ Si entiendo Agostina, que mientras te acostas conmigo no podés dejar de ir atrás de Ramiro como si ese hombre fuera a elegirte, lo de Uds. es pasado, pero insistís a pesar de saber que te quiero. A pesar de nosotros… Rápido me metí entre los contenedores, no quería ser vista ya que se ve que no había hecho mucho ruido al abrir la puerta.

_ NO León por favor, las cosas… son difíciles, no puedo apartarme de él, es lo que siempre desearon nuestras familias…

_ No te quiere Agos, no te quiere y yo sí. Y estoy acá al lado tuyo todos los días… y no me ves. No digas que es tu familia, ambos son grandes, si seguís es por vos, el estatus que hombre como él te da, la ambición… esto se terminó. Dieron unos pasos hasta entrar en mi campo de visión, yo seguía entre los contenedores y trate de hacerme mas pequeña, si me descubrían estaba muerta y ya tenía bastante con Agostina.

Leon entro en mi campo de visión, y cuando estaba por decir algo, me miro directamente a los ojos, nunca lo había visto tan serio. Pensé que era la clase de hombre que no se enojaba, siempre era jocoso y coqueteaba con todos. Sin embargo el crudo dolor que vi en esos ojos me dejo sin respiración. Lo que sea que estaba pasando le dolía y mucho, sin embargo, levanto la vista y tomo de la mano a Agostina que no me había visto. Y se fueron de ahí. Di gracias a dios en ese momento por ese hombre. Me puse en pie y rápidamente me alisé la falda.  Después de considerar que estaba en estado decente me dispuse a abrir la puerta cuando alguien me tomo bruscamente del hombro haciéndome dar la vuelta e impactar contra la pared. Era Nicolas con una expresión rara en la cara que me tenia acorralada.

_ Hola Nadia…

_ Hola Nicolas… dije en un susurro, estaba sola en el callejón sin nadie a la vista y me moría de miedo. Nicolas no me tocaba, pero estaba lo suficientemente cerca como para no dejarme moverme.

_ ¿Dónde esta ella? Hace días que la busco y no he podido encontrarla… la extraño. La quiero de vuelta. ¿Dónde está Nadia? … me dijo con frustración, como si de un niño se tratara. Me pareció extraño.

_ No lo sé… no la he visto Nicol… golpeo fuertemente la pared al lado de mi cabeza, sobresaltándome.

_ NO ME MIENTAS! Volveré y quiero una respuesta o te encontrare con Emilia la próxima vez…

_ Nicolas por favor…

_ NO ME ENGAÑES NADIA! Grito furioso, haciendo que me encogiera, antes de decirme algo más, una mano lo arranco de mi lado lanzándolo al otro lado del callejón, era León, quien lo miro un instante y acercándose lo tomo del cuello de la remera y lo golpeo en el rostro y después se enfocó en mí. Yo estaba contra la pared sin poder moverme, no me di cuenta de que empecé a hiperventilar, miré más allá de León, pero Nicolas se había ido.




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