¿y si te vuelvo a encontrar? "Angeles 1" Editando

Pesadillas recurrentes

¿Por qué no me puedo mover? ¿Por qué todo está oscuro?

 

¿Dónde estoy? ¿Por qué hace tanto frío?

 

Intento mover mis piernas pero algo me lo impide

 

Con esfuerzo, alzo mis manos para identificar algo a mi alrededor pero...

 

¡No!¡Otra vez no! ¡No! NO!!

 

Es una caja fúnebre

 

Saquenme de aquí, alguien, por favor ayuda

 

—Estás muerta, Andy...no saldrás nunca, ¡NUNCA!

 

¿Quién es? Una voz de mujer, pero...¿quién?

 

—¡Nunca!



 

—¡NO!

 

—Andy, despierta, fue una pesadilla. 

 

Me levanto sobresaltada por la situación

 

Paso una mano por mi cabeza y...

 

Estoy sudando, mi cabeza pareciera que va a estallar y mi vista está un poco borrosa todavía.

 

Veo a la persona que tengo enfrente, con dificultad logro descifrar su rostro

 

¿Ryan?

 

—Tú no te cansas de meterte en problemas ¿Cierto?. —susurra

 

—Eso depende. —le contesto, confirmando que se trataba de él. —¿En qué problema me metí ahora. —murmullo de igual manera.

 

—Uhm...déjame pensar. —dice, haciéndose el meditabundo. —Estabas encerrada en un elevador con Liam. ¿Sabes el trabajo que le costó a los bomberos y a los de seguridad abrirlo?, oye si revivir momentos querían, hubieran aguantado hasta llegar a un hotel- 

 

Termina de hablar, dejándome totalmente perpleja por lo que acaba de decir

 

Yo no recuerdo nada

 

Recuerdo que Liam bloqueó el elevador y me preguntó algo...pero no recuerdo que.

 

Todo es vago a partir de ahí

 

—Bueno, en mi defensa debo decir que no recuerdo nada. —digo negando con la cabeza

 

—Eres una sinvergüenza de lo peor Andrea Harrys, hasta en esta vida haces de las tuyas. —dice Ryan susurrando con gracia

 

Sonrió por su ocurrencia

 

Porque...

 

De algo estoy meramente segura

 

Nada pasó entre nosotros, él simplemente me odiaba.

 

Duele reconocerlo, pero así es, mi liam ha cambiado.

 

—¡Oye!. —llamo a Ryan. —¿por qué susurramos?. 

 

Él sonríe y voltea su vista hacia un costado del cuarto, y haciendo que mi mirada siga la suya

 

Mis ojos se desorbitan, y ya ni hablemos de mi corazón, al ver al amor de mi vida, al padre de mi hija, recostado sobre el sofá, plácidamente dormido, con tanta paz, que parece ser, simplemente él… No el liam frío, no el liam despechado que me odia a más no poder. 

 

Solo él, Liam, el padre de mi hija y mi otro pedacito de corazón.

 

Lo que me recuerda, el collar. ¿Y si lo vio?

 

Inmediatamente eso sale de mi mente, toco mi pecho, y sí, ahí está,

 

Pero eso no me quita la duda.

 

—¿Qué hace Liam aquí?. —pregunto a Ryan, con mi mirada aún fija en el hombre que amo.

 

—Se vino contigo en la ambulancia, no quiso irse, a pesar de que le dijimos que. No.podía.estar.aquí. —dice el correcto Ryan entre dientes, lo que me provoca una instantánea risa.

 

—Ahora ves por qué lo amo. —rueda los ojos por mi comentario

 

—Eso fue porque no quieres mirar más allá de él. —dice sonriendo, haciendo que lo vea confundida, pero aun con mi sonrisa intacta.

 

—¿Cómo quién? ¿El señor Lennox que decía que me parecía a su esposa cuando ella tenía 20 años e intentó pedirle mi mano a mamá? —digo con gracia. 

 

—¡Oye! Tenía ochenta años, y en serio amaba a su esposa, sólo que la veía en ti. 

 

—Sii, pero yo tenía diecisiete años, Ryan, y a decir verdad, no sé cuántos tiene Lena. —confieso

 

—¿Lena? Este...cuerpo- asiento. —Bueno, te conservas muy bien. —dice pícaro

 

—Olvidalo, amigo, esas cartas no regresarán. —advierto digna, provocando su risa de nuevo

 

—Aún conservo aquella última que decía que si cambiaba de opinión me harías hombre. —dice volviendo a las carcajadas ¿Qué clases de novelas veías con Rosa?. —se dispone a preguntar entre carcajadas. 

 

Mis mejillas se tornan rojas de la vergüenza, era una niñata cuando escribí eso, tenía ¿12 años?

 

—Aquí entre nosotros, Andy, Andrés la leyó. —concluye

 

Eso explica el porqué del bullying esta semana entera.

 

Le doy un medio empujón en el hombro y el solo ríe burlesco, contagiándose al instante

 

—Es notoria la excelente atención que brindan aquí, al parecer. —dice una molesta voz, haciendo que nuestras bobadas se detengan al instante.

 

Liam

 

—Gracias por traerme. —dije sonriéndole sincera, intentando no mostrar cara de boba, de solo verlo. 

 

—Yo no te traje, fue la ambulancia, y como ya estás bien. Muy bien, de hecho. —dice dirigiendo su fría mirada a Ryan. —me voy

 

—Liam. —lo llamo

 

Pero ignorándome totalmente sale por la puerta sin mirar atrás.

 

—¿No le has dicho?. —pregunta mi amigo y doctor, haciendo que inmediatamente voltee a verlo con el vacío en mis ojos.

 

Niego con la cabeza, provocando que una lágrima traicionera resbale por mi mejilla.

 

Volverás, Liam, lo prometo

 

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—¿Tú ...lo sabías?. —le pregunto a la mujer frente a mi

 

—Me di cuenta el día que sufrí el infarto, justo antes que tu...ya sabes. —dice evitando mirarme.

 

—¿Y así me enviaste a él, sin aviso, sin salvavidas, directo al vacío mamá?

 

—Andy y yo...cometí ese error una vez, no lo volveré a cometer, no seré yo quien te aleje de él, ya no. —dice finalmente hablándome de frente.




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