Que podía ser peor que estar incómoda ante su escrutinio mirada de este hombre; bueno ahí va la respuesta ha mi pregunta.
»sera porque te reconoció«
No podría eso pasó hace algunos años, pero no quiero que sepa quién realmente soy.
Estaré en grave problemas si el llegase a saber quien soy.
— Bueno señorita Yaravett viene por el puesto de mesera así que le digo que haré una prueba de práctica para ver sus habilidades.—dijo Adler puso sus manos en la barbilla seriamente fijando sus ojos en los míos.
—Esta bien estoy de acuerdo con la prueba como usted lo deseé.— sabía que no tenía que dejarme intimidar por nadie tenía que tener la cabeza muy fría mantener las emociones a raya y ser precisa, calculadora con mis actos y muy fría.
Esperé a la hora del cierre para poder hacer la dichosa prueba de Adler. Estaba agotada de esta situación necesitaba calmar mi impulsos a mis monstruos.
Estaba sentada en la esquina en una mesa esperando a que Adler me diera indicaciones.
—Bueno, ahí está la bandeja con cuatro vasos llenos de agua tienes que traerlo hasta mi mesa— señaló los vasos que estaban en la barra mientras él se sentaba en la mesa en la que estaba.
Trate de coger la bandeja pero estaba pesada así que le quite dos vasos para empezar, acomode la bandeja en mi mano derecha alzando un a la altura de mi busto. Con pasos sumamente delicados para no tropezar llegue hasta la mesa.
—Muy lenta, intenta de nuevo y agrega un vaso más— me dijo Adler.
Nuevamente lo intente con el vaso extra lo hice un poco mejor que el anterior aunque siempre decía lo mismo "muy lenta, de nuevo y agrega otro vaso" quería aventarle los vasos con toda charola en su cabeza
»Dios porque a mi«
—Ni rogándole a Dios lo harás mejor concéntrate.— me interrumpió.
Pocos minutos me enseñó cómo atender a los clientes, estuvimos así durante una hora y media.
—Bueno, no lo haces mal — se quedó pensativo— te daré una oportunidad, tengo unas preguntas son de rutina.
—Esta bien, dígame.
—¿Cuantos años tienes?
—20 señor.
—¿Cual es tu nombre?
—Ya le dije mi nombre señor.
—Mientes— dijo serio.
— ¿Porque mentiría.?
— Por eso te estoy preguntando.
— Digo la verdad, no gano nada al mentirle señor— dije Serena.
—Otra vez mientes Vett...— en la firma en que dijo ese diminutivo de ese nombre me tense al instante pero me relajé para que no se diera cuenta.
—Por que mentiría— lo desafío con la mirada.
—Estas huyendo, más bien dicho escapando de alguien— respondió seguro.
—No huyó, si así fuera no estaría en este lugar tan obvio.— contesté.
—No ahí te equivocas Vett, porque es obvio no te buscarían aquí. — se recostó en el respaldo de la silla con una mirada victoriosa diciendo 'te atrape' pero yo era mejor.
—Buen punto, pero sería en el lugar en el que menos desearía estar es ahí donde iría— me encogí de hombros.
—Entonces si huyes de alguien.
—No te equivocas ellos huyen de mi Adler...
—Okey, no nos llevará nada esta plática te espero mañana a las siete treinta. — dio por finalizada la conversación.
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un amor imposible, una venganza lenta y dolorosa, una familia atormentada
Editado: 11.12.2020