Luego de una pandemia de dos años, conflictos políticos en mi país y un diagnóstico de ansiedad solo pude concentrarme una sola cosa, en no fallar en mi meta a corto tiempo.
Olvide mis sueños junto con mis metas y perdí el interés en lo que amaba o en lo que me gustaba, borre todo sentimiento feliz y solo la culpa y el remordimiento me invadían, pero frene lo planeado cuando la historia se repetía.
Pero a diferencia de hace doce y once años no hui ni tuve miedo, si tristeza, pero no culpa, me perdone, pero no perdono ni puedo borrar las heridas y las lágrimas de la pequeña que sola tuvo que comerse sus miedos inseguridades y dudas mientras crecía sin tener con quien hablar.
El veinte y cuatro de abril me incorpore como una profesional en una ciudad vecina, un instituto nocturno que me ofreció un cupo para estudiar el tercer nivel, no escogí lo que me gustaba por el dine no tenía dinero más que para movilizarme y tenía miedo, miedo que de nuevo menospreciara lo que sabía por ser mujer o por no ser capaz , miedo de que intentara abusar físicamente y psicológicamente de mi por escoger una carrera de hombres , miedo de no se bienvenida y huir, pero hui y escogí estudiar contabilidad, me esforcé pero en el camino vi que no era lo que soñé, menos para lo que era buena, pero me esforcé con la esperanza de perder mi miedo y talvez a futuro poder estudiar lo que siempre soñé.
Pero huir no es bueno, porque termine huyendo por siempre aún tengo miedo cuando veo hombre que imponen con conocimiento o cuando veo sujetos con aspecto parecido a las personas que me acosaron laboralmente a los diecisiete, incluso ahora mi mente me hostiga y mis manos tiemblan al recordad, me es difícil hablar con hombres sin mirar al piso.
En enero mi abuela materna tuvo que hacerse exámenes muchas peleas y disturbios familiares sucedieron después, lo presentí, pero no hice nada me enfrasque en mis estudios, pero la culpa seguía mi hermano un año menor trabajo para apoyarme y el no tuvo ni tiene esperanzas para poder entrar a la educación superior de mi país me duele, me duele mucho haber estudiado y que mi hermano no lo haya hecho, siento vergüenza que siendo la mayor no haya podido y no pueda ayudarlo o proveer a la familia.
Pero en medio del manojo de emociones recordé que tenía familia en la semana de exámenes fui a visitar a mi abuela algo me movió no era mi conciencia ni la culpa empecé a ir a cuidarla, sabía que era pero me negué a creer hasta que el doctor fue a visitarla, diagnostico cáncer de hígado, etapa terminal, el mundo a mi alrededor se sacudió de una forma que no imagine por que ya había pasado perdí a un padre por alcohol y una madre por cáncer , yo ya perdí a mi familia a mis pilares hace años cuando no estaba lista y ni siquiera sabía la tabla de multiplicar del siete, pero regrese a ver a mi familia que había olvidado y de la que me aleje, ellos perdieron a sus padres sus pilares como debe ser, sus vidas no estaba preparadas pero aceptaban que debía irse.
No me culpe por la muerte o por el cáncer con los años entendí que no era mi culpa, pero decidí hacer por mis tíos lo que nunca hicieron por mi o mi hermano, decidí apoyarlos no solo en presencia sino con palabras y acciones no les di el pésame y volví a mi vida egoísta, no los abrace y me fui para verlos en fiestas o eventos familiares, no les prometí visitarlos y luego no volver, no los juzgue por algo que les gustaba, menos les quite el lugar donde vivían.
Los acompañe, los apoye y los ayude en lo que más pude, vi morir a mi abuela y la cuide lo mejor que pude, no pude cuidar de mi madre cuando o tenía nueve, no al vi morir, no sujete su mano antes de su último suspiro, pero si pude devolver todo lo que mis tías hicieron por mi mama al estar con mi abuela, si se lo preguntan, yo lloro mientras escribo esto, pero es porque ya quiero pasar la página.
Hora de la muerte nueve y cuarenta y cinco de la noche fechas trece de junio del dos mil veinte y dos, todos lloraban en la habitación todos mayores de cuarenta años y yo no pude hacerlo solo miraba mientras todos se deshacían frente a mí, peleas familiares pasaron luego de esa noche, la familia se desarmo no me dolió ya me habían lastimado suficiente, solo pensaba en unas pocas peticiones de mi abuela antes de morir.
Que cuidemos de sus cuatro peros sus hijos, también sus fieles compañeros, los que le hicieron compañía cuando los hijos y nietos no iban a visitarla, una de esas perritas sufría y el veintinueve de julio de este año, tuve que dormirla con mi tía por que estaba muy mal, le pedí perdón mientras me veía pidiendo ayuda, lo lamento mucho.
Perdóname Palomita
Yo perdí la noción del tiempo con una sola meta la de buscar empleo, obviamente no hay, lo busco pero no me lo harán tan fácil, pero está bien, quiero apoyar a mis tíos los últimos que no se casaron ni tuvieron familia propia por cuidar de mi abuela su casa donde los tres vivían esta fría y sola y a diferencia de lo que todos hicieron conmigo y con mi hermano yo voy de vez en cuando, los escucho y les hago compañía ayudo en lo que puedo para que no se sientan tan tristes y compartimos momentos mientras me cuentan como se sienten y de que se preocupan.
Han pasado muchas cosas y sé que lo que escriba en internet nunca se borrar, pero si pudiera mejor algo de mi presente si lo hiciera pero hay días en los que me cuesta despertar, deseo ser mas capaz y fuerte de lo que soy, lo deseo tanto, ahora solo busco empleo para poder cumplir el sueño que mi mamá y yo no pudimos hace años.
Vivir tranquilos y tener una casa propia.
Quiero que mi hermano si estudie lo que quiere, quiero sentirme menos miserable, menos inútil, ya quiero dejar de sentirme un estorbo y saber que hice algo de provecho con mi vida y si no puedo hacerlo, un día este libro y los demás dejaran de tener actualizaciones, no porque haya terminado con mi vida sino porque abre perdido cariño por levantar un lápiz o tomar una computadora, no arrancare la semilla de la vida que tanto le costó a mi madre dejar en esta tierra, pero sabrán que estaré muerta en vida.