—Ella es mi pareja Aurora y quiero que lo comprendas, por favor. Se que no está bien y que no mereces pasar por esto pero debo ser sincero contigo, y es comenzando al decirte que ya no te amo y que aquellos que alguna vez sentí por ti murió. Soy
y un gilipollas al no decirlo antes y solo marcar distancia pero ahora quiero que lo sepas. —. Ya a este punto de la confesión mi corazón había dejado de latir, ahora solo escuchaba como se rompía en pedazos.— Y antes de hacer algo que pueda destrozarte prefiero ser honesto.
Kai era un idiota pero no podía dejar de amarlo de la forma en la que lo hacía.
Él viene rompe mi corazón y sale como si nada, me ha dejado sin nada que decir o aportar. Él sale de nuestra habitación luego de susurrar un insípido “lo siento” como si eso fuera a coser lo que rompió está mañana. Al cerrar la puerta me permito a mi misma romperme en lágrimas, lloro lo que pasé anoche cuando Luna me mandó una foto de ambos juntos en un hotel, y ahora esto.
¿Tan mala esposa y mujer era como para que mi marido busque amor fuera?
¿Tan insípida era antes los ojos de Kai?
Él quiere estar con Luna pero no me quiere dar el divorcio, quiere que sigamos juntos pero no como pareja sino como amigos. Y no se que es peor si tener que seguir viviendo con él para que nadie sospeche o que no le importa mis sentimientos.
Él vino y solo soltó dagas a mi corazón y no le importó, solo expuso sus necesidades sin tomar en cuenta las mías.
Kai abandonó la casa al momento de soltar la bomba o fue lo que me informó una de las chicas de la servidumbre, solo me recuesto en mi cama sin intenciones de abandonarla.
¿Qué más podría hacer?
Él solo quiere libertad y estar con ella sin importar que mi corazón se rompa en fragmentos.
El día pasa y yo sigo recostada en mi cama esperando que todo esto acabe y que ya no duela más pero es inútil, el dolor sigue ahí presente al igual que las antipáticas palabras de Kai.
—Ya no quiero sufrir más…
Por dentro siento que muero, me duele el corazón y la cabeza, duele saber que ya no ocasiono nada en él y que nada de lo que yo haga hará que cambie él de opinión. ¡Si no me ama debería dejarme ir! Me duele ver estás paredes y recordar todo lo que vivimos en tres años.
—¡Kai, por favor!
Él me carga entre sus brazos al entrar a nuestro lecho que meticulosamente se encuentra decorado con pétalos de rosas por todo el suelo alfombrado y la cama, había un corazón en el centro con las palabras “te amo”
—Es todo para ti mi vida. —. Él me baja de sus brazos y yo avanzo hasta nuestra cama.
—¿De verdad me amas, Kai? —. Me volteo a él, Kai viene a mi lado y besa dulcemente mis labios.
—De no hacerlo no te habría pedido matrimonio. —. Touché.
Él baja una de sus manos a mi espalda baja, donde reparte caricias en círculos robándome risas y uno que otro sonrojo.
—Si no estás lista puedo comprenderlo. —. Susurra en mi oído al momento de dejar un beso en mi lóbulo.
Le impido alejarse al tomarlo del brazo y pegarlo a mi anatomía, acaricio el contorno de sus labios con mis dedos los cuales tiemblan al contacto tan íntimo con su piel. Kai durante nuestro noviazgo no me permitía tocarle de este modo, ahora entiendo que es del tipo de hombre que prefiere hacerlo dentro del matrimonio.
—Quiero esto contigo, Kai.
Basta con mis palabras para perderme en su cuerpo toda la tarde bajo la luz del atardecer anaranjado, que hace reflejar nuestras sombras en la pared cerca de la puerta. Él, cuando ambos estamos sin prendas, me hace sentarme sobre su regazo sin dejar de besar mis labios.
Era mi primera noche siendo la mujer de Kai.
¿En dónde quedó ese amoroso Kai? ¿El que me prometió una vida feliz? ¿En dónde quedan sus promesas?
Ha roto cada promesa que le hizo a mis padres y a mi misma, repetidas veces mi madre le dijo que si no me ama me dejase libre para que yo no sufra tanto pero no le importa, a él solo le importa Luna y su reputación.
De ahora en adelante yo solo pienso en como acabaré, en qué será de mi cuando todo su amorío con Luna salga a la luz.
—¡Quiero ver a mi hermana! —. La voz de Isabela se hace presente, y hace que salga de mi cama en cuestión de segundos.
—El señor Kai no quiere que vea a la señora por un tiempo. —. Mi hermana forcejea con mi empleada, Isabela estaba con Scott.
—Me importa poco lo que ordene Kai. —. Ella suelta con rabia a mi marido.
—¡Oh por Dios! ¡Aurora! —. Scott avanza rápido hasta el inicio de las escaleras, dónde me encuentro viendo la escena.
Comprendo que mi aspecto ahora sea uno de los peores, seguía en mis pijamas con mi cabello castaño revuelto y con unas ojeras que delatan mi falta de sueño, y ni hablar de mis ojos hinchados de tanto llorar.
—¡Hermanita! —. Me zafo del abrazo con mi cuñado para refugiarme en los brazos de mi hermana, que es donde me permito llorar lo suficiente hasta que ya no duela.— ¿Qué te hizo ese tonto? Dímelo para ir a darle unas cuantas ostias.
—Ya no me ama, Isabela, ya Kai no me ama. —. Susurré en su oído llorosa.
—Claro que si te ama Aurora, nosotros más que nadie somos testigos de su amor. —. Dice Scott muy confiado pero yo niego, sorbo mi nariz y lo miro
—Él me engaña con Luna lo confesó está mañana, él ya no me ama más.
En mi vida he llorado tanto por una persona y menos de alguien que no me valora.
Isabela estaba recostada conmigo en mi cama tratando de consolarme pero era en vano, cada cosa por muy mínima me recuerda al desamor de Kai y de mi falta de atención a él.
—No se en que fallé como para que me cambie por ella
—El problema no eres tu hermanita, en todo caso Kai es el infiel y el que te supo valorar.
—Pero fallé Isabela, le fallé como mujer a Kai y es por eso que la buscó a ella.
Me sentía insuficiente para él y para todos, siento que nada de lo que yo haga pueda cambiar mi vida.
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Editado: 26.03.2024