You´re so fine

Capítulo 1

Estar en un lugar sin conocer a nadie era lo más difícil que a Rosalie le había pasado, pero todo fuera por su bien. Se decía ella para eliminar ese impulso de desesperación, una decepción amorosa fue el detonante para que tomase tal decisión, dejar a su familia no fue fácil, pero verse en el mismo lugar que el chico que amó no le hacía nada bien. Así que agarró sus maletas, los ahorros de toda su vida y se marchó a Seúl.

Desde hacía un tiempo le fascinaba su cultura y todo lo referido a ello, así que hizo el viaje que tanto había esperado. Tuvo suerte de que su única amiga fiel viviera allí, así que por hospedaje no se preocuparía. Viajar desde Venezuela a Corea no era tarea fácil fueron muchas horas de viaje y sobre todo muchas escalas. Todo sea por escapar de este infierno, era el mantra que se repetía cada vez que abordaba, era la primera vez que viajaba en avión y verse en ese ajetreo, no fue su medio de transporte favorito.

Cuando por fin había aterrizado, tras varias horas, su amiga ya se encontraba esperándola, pasaron  unos cuantos años desde que ella se marchó de Venezuela dejándola triste y sin una persona leal con quién hablar de sus secretos y ocurrencias, aunque se hablaban a diario por video llamada o Skype no era lo mismo, desde que rompió con el idiota de Armando, su mundo se hizo trizas y se sentía morir, deseaba tenerla cerca para que la consolara.

Yang Mi la esperaba, estaba ansiosa por tener a su amiga de nuevo, no veía la hora de que llegara. Había pasado mucho tiempo desde que anunciaran que el vuelo donde venía su amiga tenía un leve retraso y eso la preocupó,  todo saldrá bien pensó ella. Quince minutos exacto y ya su amiga se encontraba corriendo para reencontrarse con ella.

— ¡Por Dios Rose, estas hermosa! —exclamaba Yang Mi abrazando a su amiga y dando vueltas en el sitio.

— ¡Por fin, por fin estoy aquí! —Manifestó Rosalie dando saltitos cual niña—. No me digas así sabes que no es cierto, aquí la bella siempre has sido tú.

—Todavía me pregunto, cuándo será el día que aceptes la realidad —expresaba  la chica con pesar y reprobación.

Rosalie se encogió de hombros sin decir nada. A pesar de ser una chica hermosa, ella no lo veía de esa manera y mucho menos después que su ex le restregara en cara  a la modelo noventa sesenta noventa por quien la dejó.

—Sé lo que estás pensando y ese idiota no te merecía, más bien se encontró con la horma de su zapato, una chica cabeza hueca como él. —Opinaba Yang Mi con una sonrisa para animarla.

Esta rió, pero todavía le dolía pensar en él y en todo lo sucedido. Era imposible no hablar de aquello sin que derramara una lágrima, “cuando puedas contar tu historia sin derramar lágrimas, sabrás que por dentro ya te curaste”,  esa era una frase que alguien había posteado en un perfil de Facebook y al verla se enamoró; desde entonces se la repite como mantra, esa era una mera realidad, significaba que todavía faltaba mucho para que dejase de llorar porque todavía le dolía.

Salieron del aeropuerto para montarse en el taxi y comenzar el recorrido del que sería su nuevo hogar. Rosalie estaba impresionada, la ciudad era maravillosa y hermosa, las fotos que su amiga le mandaba mostrándole cada rincón de su país se quedaron cortas, estar en vivo y directo no tenía precio. El taxi tomó el camino largo, Yang Mi vivía  retirada de la ciudad en un suburbio bastante tranquilo, habían varias casas cerca y la de ella se encontraba subiendo unas pequeñas escaleras, la dejaban bastante alto para admirar el paisaje a lo lejos…

Su hogar era pequeño, pero cómodo para que vivieran las dos, tenía su cocina, sala y dos habitaciones más el baño. Sus decoraciones eran simples, únicamente lo básico. Luego de dejar las cosas se fueron a la estética que a partir de mañana sería su nuevo empleo, siempre y cuando le aceptaran. Esta se encontraba en el centro de la ciudad, tomaron el bus para que la chica viera otras partes de la ciudad. Cuando llegaron al local, se quedó impactada, era bastante amplio de dos pisos, la parte de afuera era todo acristalado que dejaba ver por dentro, pero tenía unas persianas para que no se filtrara todo como tal. Adentro estaba bien organizado, tenían cubículos para cada cosa, era impresionante. Ya sentía que este sería su nuevo hogar.

—Mira, allá esta la jefa vamos a presentarte.

Do Yong era una mujer mayor, pero no se le notaba, tenía una apariencia de chica joven, su carácter era muy relajado, no le gustaba discutir, ni regañar a nadie todo lo contrario a todas las trataba como si fueran sus hijas y las aconsejaba como tal.

—Do Yong te presento a Rosalie, ella es la amiga de la que te hablé.



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En el texto hay: musica, amor, diferencias

Editado: 27.10.2018

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