Su sumisa por equivocación... ¡Actualizada!
Su sumisa por equivocación
Libro 2 de la Serie Por Equivocación
Capítulo 21 Número equivocado
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Fragmento:
Luego, decido hablarle de Nina, bueno, al menos de la locura que estuve por cometer con ella en mi propio consultorio.
—La gestante fue a la consulta acompañada de su mejor, te juro por Dios, que es la mujer más increíble de todas, no pude apartar mis ojos de ella desde el mismo instante en que la vi ―no le cuento de la experiencia que viví con ella la primera vez que la vi― y lo más espectacular de todo —bebo un nuevo trago de mi vaso—, es que a ella le sucedió lo mismo que a mí. Así que una vez que entramos al consultorio, comencé de inmediato la implantación y mientras dejé a la gestante en la sala de exploración en reposo, regresé al consultorio y la encontré de pie frente a mí, enfundada en ese vestido blanco que se ajustaba a su cuerpo de sirena y lleno de insinuantes curvas, con esa pose de jodida Ama del mundo y no pude evitar saltar sobre ella y besarla con todas mis ganas.
Esto que acabo de contarle lo va a sorprender, porque Nacho, sabe que respeto mucho mi lugar de trabajo y nunca he llevado a una mujer que no sea mi paciente a ese lugar que es tan sagrado para mí.
—¿En serio, Esteban?… ¿En tu propio consultorio?
Sabía que esto lo asombraría, inclusive, ni yo mismo me lo creo.
—¡Joder! Ni siquiera me di cuenta de lo que estaba haciendo hasta que finalicé el beso —por supuesto que sí lo sabía, pero él, no tiene por qué saberlo. Coloco el vaso de licor sobre la mesa y repaso ambas manos por mi rostro… lo cierto es que ella me hace perder el control—, ¿puedes creerlo? Jamás hubiese imaginado que rompería mi propio código sagrado… “nunca llevar a una mujer a mi consultorio, si ella no es una paciente”, aunque claro —me detengo durante un breve segundo, recordando el delicioso momento que compartí con ella—, en mi defensa, no fui yo el que la llevó.
Vuelvo a sentir el loco impulso de sacar mi móvil del bolsillo de mi chaqueta y marcar su número para ir por ella y terminar lo que aquella noche en casa de Arévalo, comenzamos.
—De nada te vale que te justifiques ante mí, hermanito —me señala con sarcasmo—, el hecho es, que puedo asegurar que además del beso, algo más tuvo que pasar, porque conociéndote como te conozco “chico sexual” —me repite las palabras que hace un par de días mencioné mientras hablaba por teléfono con él—, tu no dejas pasar una buena oportunidad como esa.
Es cierto, debo confesar, pero en este caso con ella hay algo completamente diferente y que aún no logro descifrar.
2 comentarios
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IngresarCuando abra descuento de está hermosa historia ❤️❤️❤️
Yannina Morel, No hay de qué!!
Esta buenísima la historia
Francy Rocha, Gracias por tu lindo comentario, saludos!!
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