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¡No se la pierdan!

Fragmento:

   Sé que lo harás bien… ya deja de estar tan enojado.

Valhir se despertó de golpe cubierto en sudor, la respiración errática y el martilleo agudo de su corazón retumbando en su pecho. Sus hombros se balancearon y debió tomarse la sien al sentir que la habitación giraba a su alrededor en penumbras. Se incorporó lento hasta dejar que las plantas de sus pies toquen la frialdad del mármol de su habitación y apenas lo hizo, la calma comenzó a regresar. Esa voz tierna, ese susurro cálido que lo alentó a no traspasar las puertas del hades… había regresado.

Daban las cuatro y media de la mañana y solo había dormido dos horas, tomó su teléfono al ver el tintineo de la luz que anunciaba un mensaje y la turbación regresó a su sistema de una manera distinta.

  ‘‘Te quedarás con tres cargas. Despacha el resto hacia el norte y el sur. ’’ 

  ‘‘Y aléjate de Lea Harper. ’’

El rostro de El Mastín se desfiguró al leer el último mensaje y su cuerpo se levantó como un muro de roca sólida hasta quedar rígido sobre sus pies. El Mecenas le ordenaba por primera vez que no se acercara a una mujer cuando nunca en diez años había mostrado interés en su vida personal. Una orden directa, como si quisiera protegerla de él. El jefe de la jauría no pronunciaba ningún nombre y mucho menos de una mujer, sino era para chantajear o matar, poco le importaban las relaciones de sus hombres a no ser que pudiera beneficiarse de ese vínculo para la extorsión. Pero El Mecenas había sido claro.

  Aléjate de Lea Harper…

¿Por qué?

¿Por qué una mujer como ella sería importante? ¿Y para tantos hombres…?