Santiago Ferrara, en descuento.
La sigo y la tomo del brazo, para atraerla a mí.
—Usted rompió las reglas de nuestro estúpido acuerdo señorita, así que ahora me escucha— ¿Sabes por qué no termine lo que empezamos, esa noche? ¿Sabes por qué salí, huyendo como un cobarde y me escondí en el baño? — Porque me di cuenta Dania Rinaldi, que no quería ser el infelíz que tomará un regalo tan hermoso como tu primera vez y luego te desechara, porque me di cuenta que no me merecía ese regalo, porque entendí que me estaba portando con un desgraciado, con alguien que me interesaba más que para una noche— Y sabes que es lo peor o mejor dicho lo mejor según mi percepción, que hoy sé que no quiero estar contigo una vez, sino dos—
me mira desconcertada, tal vez porque no logra comprender lo último que me acabo de decir.
—Si, Dania Rinaldi— tomo su barbilla y me aseguro de que sus hermosos ojos color miel, me miren— solo quiero estar contigo dos veces en mi vida— Hoy y siempre— termino diciendo.
(...)
—Y que se supone que debo hacer después de esa confesión, Santiago— digo con la voz entrecortada y las lágrimas rodando por mis mejillas, ¿Debo mandar al diablo a quién me ha brindado un amor sincero, a quién no ha querido esconderme, a quién ha sido transparente desde el principio, a quién no me ha humillado? ¿Así es como debo pagar su lealtad y su honestidad? Ya de por sí me siento mal porque ese beso, no debió ser, yo no soy así Santiago, no ando por la vida actuando por impulso y traicionando a la gente, ese no es el tipo de persona que mis padres criaron—Cuando decidí aceptar tu propuesta y estar juntos esa noche, lo hice porque me di cuenta que tenía sentimientos por tí y en cierta manera aunque estaba traicionando mis valores, al menos lo hacía por amor y no por puro instinto o deseo— Pero no pasó y tal vez fue lo mejor, para ambos— En este momento no hay nada que yo pueda ofrecerte, a menos no en el plan que tú deseas— Llámame anticuada o tonta, porque sé que seguramente eso piensas, pero no soy del tipo de mujer que engaña. No le haré a nadie lo que no deseo que me hagan a mí, tomé una decisión y me mantendré en ella— Carter y yo somos novios y eso no va a cambiar, al menos no en este momento.
—Pues, no me parece muy leal, que estés con él, mientras sientes algo por mí— Responde molesto.
—Yo no finjo amarlo, puesto que jamás le he dicho que siento algo por él. Le dije que nos daríamos una oportunidad y eso estamos haciendo
—Santiago tu mundo es otro, tu forma de vivir es otra, nada tiene que ver con la mía, tú nunca has tenido compromisos sentimentales con nadie y yo no deseo ser tu conejillo de indias— Y que cuando te des cuenta que siempre no, yo me quede con el corazón roto— Eso no es lo que quiero para mí, te agradezco tu sinceridad pero tú y yo no estamos hechos el uno para el otro— digo mientras me doy la vuelta y camino hacia la cafetería, con el corazón hecho mil pedazos, pero con la certeza de que hago lo correcto.
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