¿cómo inicia una buena historia?

Imagina que escribir una buena historia para una novela es como ganar una pelea de boxeo en cierto número de asaltos, así que sería bueno iniciar con un buen gancho, ¿no crees?.

Veamos un gancho excepcional de un gran maestro de la literatura.

García Márquez

Muchos años después – frente al pelotón de fusilamiento – el coronel – Aureliano Buendía – había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.

Cien años de soledad

1-(Muchos años después). En este momento el escritor ya te ha acertado un gran golpe, te ha implantado un axioma, te ha dado un dato con el que partirás asumiendo este como una certeza, ha creado una incertidumbre, una necesidad, una interrogante, ¿después de que?.

2-(Frente al pelotón de fusilamiento). Aquí está el gancho, el golpe tremendo que te derribó como lector, el as en la manga, segundo axioma, segunda incertidumbre, segunda interrogante, ¿quién va a ser fusilado y por qué?, ¿quién es este personaje y que ha hecho?.

3-(El coronel). ¿Un coronel?, es un grado militar, no hay nadie que se haga coronel de la noche a la mañana, ¿cuántos años tiene?, ¿qué ha hecho este hombre?, ¿ha de ser una barbarie?, ¿traición?.

4-(Aureliano Buendía). ¿Aureliano Buendía?, ¿Quién es Aureliano Buendía?.

5-(Había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo). –El hielo–, a conocer el hielo, ¿porque el hielo?, pudo haber sido el tren, un avión, algo grande, pero el hielo, ¿desde qué mundo nos narra el escritor, desde que época?.

El último dato abre muchas interrogantes, cual es la importancia de este objeto “el hielo”, en esta historia, es este evento, “conocer el hielo”, de tan gran magnitud para que se vuelque a ti justo en el momento de tu muerte o de tu fusilamiento, y como si fuera poco, a modo de anexo, es el hielo el que introduce en esta historia a un personaje tan importante como lo será Melquiades, esto se conoce como nudos ocultos de la trama.

Así que ya lo sabes, joven escritor, si quieres un buen inicio, da un buen gancho, crea axiomas, interrogantes que provoquen al lector incertidumbres que lo lleven a un sueño inducido, que derribe al peor de los incrédulos, da golpes, tantos como puedas, has grandes apuestas, preña tus frases de interrogantes.

No siendo más, te dejo con tres inicios que a mí me encantan.

El túnel, de Sábato

Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.

Lolita, de Nabokov

Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.

Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell

Scarlett O'Hara no era bella, pero los hombres no solían darse cuenta de ello hasta que se sentían ya cautivos de su embrujo, como les sucedía a los gemelos Tarleton.

¿Cuál es el tuyo?.