¿Te atreves a acudir al llamado de la sangre?
En el Hotel conocí a chicos y chicas, niños y niñas, hombres y mujeres que poseían habilidades inhumanas que el resto de los mortales no pueden siquiera concebir en sus mentes pequeñas y cerradas. Eso era lo que decía Timer cada vez que escapábamos a la ciudad, donde los mortales seguían con sus vidas sin fijarse en ese grupo de seres que los observaban. Al menos, hasta que notan nuestra presencia y entonces con una simple mirada podemos sembrar el pánico.
Nosotros aterramos a los mortales, pues los débiles siempre le temen a lo desconocido.
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