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Desde que tenía diez años, las palabras se convirtieron en mi refugio y en mi arma más poderosa. Comencé escribiendo pequeñas historias sin imaginar que, algún día, serían la puerta a un universo donde el deseo, el misterio y la pasión se entrelazan con la oscuridad del alma humana.
Entre páginas y silencios, descubrí que no solo quería leer mundos... quería crearlos.
Hoy, dejo atrás los límites de mi mente para compartir esas historias que laten en la penumbra, esas que buscan tocar el alma, encender los sentidos y hacerte perderte; por un instante, entre el éxtasis y el abismo.
Entre páginas y silencios, descubrí que no solo quería leer mundos... quería crearlos.
Hoy, dejo atrás los límites de mi mente para compartir esas historias que laten en la penumbra, esas que buscan tocar el alma, encender los sentidos y hacerte perderte; por un instante, entre el éxtasis y el abismo.
Sí, quiero