Isabela siempre tuvo un don que para muchos era una condena: desde niña podía ver lo que los demás no veían. Espíritus, presencias y silencios que helaban la habitación la acompañaron desde su infancia.
Pero lo más oscuro no provenía del otro mundo, sino del propio.
Entre pasillos escolare...
Hay en el texto:
testimonio de crecimiento personal, testimonio de la vida real
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En proceso: 29 Sep
20 pág.