Bajo el calor de la pasión ¡Actualizada!
Ya pueden disfrutar del capítulo No. 17 de Bajo el calor de la pasión, Requiem 2 y les aviso, que por esta semana, tendremos un capítulo diario de esta historia.
Bajo el calor de la pasión
(Réquiem 2)
+18
En proceso
En venta por suscripción 1.60 USD
Fragmento:
Un dolor intenso me lastima a la altura de mi abdomen. Intento llevar mis manos hacia esa zona, pero no hay manera de que pueda moverme. Por más que lo intento, no puedo controlar ninguna parte de mi cuerpo. Puedo escuchar voces a mi alrededor, sin embargo, no son claras, ni sé a quienes pertenecen.
—Nena, por favor regresa a mí. Te necesito, más de lo que puedes imaginar.
La voz de Caín, se escucha en susurro en alguna partea mi alrededor. Intento abrir los ojos, pero tampoco logro hacerlo. Quiero gritar y decirle que aquí estoy, que yo también lo necesito, pero mi boca también se niega a cooperar.
—Hola, preciosa —esta vez es Donovan, quien habla—, te estoy esperando, tengo un mundo de amor para darte y hacerte sentir la mujer más amada de este planeta. Solo tienes que regresar a mí y cumpliré cualquier deseo que me pidas.
Sus palabras me emocionan y puedo sentir cuando mis lágrimas comienzan a rodar por mi cara.
—Caín… ella, está llorando —grita, Donovan, con sorpresa—. ¿Acaso puede escucharnos?
El tono de voz de Donovan, suena agitado y emocionado.
—No lo sé, Don —expresa Caín en un suspiro—, pero si es así, espero que entienda que la estamos esperando.
Instantes después, siento como pequeños besos son colocadas en cada espacio de mi rostro. Suaves, cálidos y gentiles.
—Te amamos, preciosa, por favor lucha, para que puedas regresar a nosotros.
Sus suplicas envían fuertes emociones que me impulsan a luchar para salir del limbo en el que me encuentro. Me esfuerzo tanto, que incluso me siento agotada cuando mis ojos comienzan a abrirse poco a poco.
La luz intensa me ciega por momentos, pero luego, la sombra borrosa de una figura sólida y fuerte, comienzan a aparecer delante de mí, cuando por fin puedo distinguir con claridad.
—Bienvenida, Señora.
Miro a mi alrededor confundida. No sé dónde me encuentro, pero enseguida el miedo se apodera de mí, impulsándome a levantarme apresuradamente de la cama.
—¿Quién es usted? ¿Dónde estoy?
1 comentario
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IngresarMuy emocionante gracias por compartir esos fragmentos.
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