Bajo el calor de la pasión (Réquiem 2) Actualizada
Ya pueden disfrutar del nuevo capítulo de esta novela.
Bajo el calor de la pasión
(Réquiem 2)
+18
En proceso
En venta por suscripción 1.50 USD
Y al final de esta tarde un nuevo capítulo de esta historia.
Fragmento:
―Luciano, se atrevió a enfrentarme e intentó matar a mi mujer, es hora que ajuste cuentas con él ―camino hasta la mesa de noche ubicada al lado de mi cama y saco un par de cargadores―. Conoce el código de honor y bajo nuestra ley, la familia se respeta, y aunque ella es su hija, es mi esposa y con ello me faltó al respeto, así que tomo la ley por mis propias manos y me apego al código de la Vendetta. Rompió la omertà y el castigo es la muerte.
Inserto uno de los cargadores en la pistola y el otro lo dejo sobre la mesa, junto a la pistola.
―Prepara a los hombres ―le ordeno―, esta noche haremos una visita sorpresa a ese restorán y eliminaremos a cada uno de los que se encuentre allí y si Luciano está entre ellos, que nadie lo toque, él es mío.
Me dirijo a vestier y saco uno de mis trajes. Es hora de volver a hacer aparición y cada familia recordará mi nombre a partir de ahora y sabrán que con el clan Gambino nadie juega.
―Sí, señor, lo haré de inmediato.
Antes de que salga, lo detengo.
―Marcos, necesito que tengan el auto preparado en diez minutos. Haré una visita a los hermanos Walton… tenemos una conversación pendiente y ha llegado el momento de tenerla.
…………………………………….*…………………………………….
―Estas pinzas las he adquirido especialmente para ti ―la abro y a cierro cerca de su cara, mientras le muestro una sonrisa ladeada―, es uno de nuestros servicios exclusivos, sobre todo para clientes tan importantes como tú.
El tipo es duro, no expresa ningún gesto de terror ni intimidación, pero tengo mis métodos para quebrarlo.
»Gozarás el honor de estrenarlas, pero antes, te daré la oportunidad de que me cuentes algunas cosas que quiero saber, tal vez y solo tal vez ―le digo con burla―, te permita vivir unos días más.
Puedo ver el odio y la gran furia en su expresión.
―Mi hermano tiene las mejores instalaciones para sus huéspedes, deberías sentirte afortunado de la excelente atención que te está dando ―secunda Donovan.
Me alejo de él, dejo la pinza y tomo de mis herramientas un cuchillo muy afilado. Vuelvo hasta donde se encuentra y lo alzo hasta colocar la punta en la mejilla sin cicatriz.
―Este lado de tu cara, está sin marca ―presiono un poco y hundo la punta en su carne, hasta que comienza a resbalar un hilillo de sangre―, debería contrastar el diseño con tu otra mejilla, para emparejarlas― ni se inmuta―, dejarlos simétricos ―saco la punta y coloco la parte filosa a lo largo de la cara, corto la mordaza y dejo expuesta la piel―, me lo agradecerías, estoy seguro de ello.
1 comentario
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IngresarHay dios escritora ,con esto quedó más picada y no puedo adquiridla .Ojalá la plataforma buscará una manera para Uruguay a través de Mi dinero
Julia Gonzalez, Vale, solo tarjeta de credito y paypal, sorry
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