El Impostor ¡Actualizada!
El Impostor
Capítulo 4 Réplica exacta
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Fragmento:
De repente la voz de un presentador llama nuestra atención, mientras un grupo de chicas sube sobre la barra mientras las luces son apagadas. Mi visión está un poco borrosa, luego de veinticuatro tragos de tequila, sin embargo no pierdo de vista al grupo de mujeres que se mueve rápidamente en la oscuridad para ocupar sus posiciones. Me alejo de la morena que me acompaña y me giro para quedar de frete al show que va a comenzar.
—Señoras y señores, esta noche es un gran placer presentarles, el mejor show de nuestro bar… nuestras sexys y ardientes chicas, bailaran para todos ustedes en un show sin precedentes que dejará a más de uno con ganas de más. Así que sin más tiempo que perder, las Cowboy girls.
La pequeña multitud que abarrota el lugar estalla en silbidos y en aplausos cuando las luces se encienden y muestra la imagen de las cinco chicas que conforma el grupo. La música suena y las hermosas mujeres comienzan a bailar en forma sincronizada, con movimientos sexys, que vuelve loco a todos los hombres que se encuentran presentes. Las detallo una a una, pero detengo mi mirada, fijamente sobre la última chica, que parece nerviosa y fuera de lugar. Trato de enfocar la vista, para poder detallar sus rasgos y aunque me encuentro algo pasado de trago, logro hacerlo y quedo sin respiración cuando veo lo hermosa que es.
Parece un copo de nieve, de piel translucida y brillante. Su melena castaña larga, se desliza a lo largo de su espalda hasta llegar a tocar el borde de su preciso culo redondo. Pero es su cara de virgen, la que me deja hechizado. Sus ojos azules resaltan en su pequeña cara, como zafiros resplandecientes que hacen juego perfecto, con esa boca de labios finos y delgados del rosado más tierno que jamás haya visto. Su figura delgada llena de curvas en los lugares precisos, te hacen soñar con magníficas sirenas y ninfas del bosque. Es la mujer más hermosa que alguna vez haya visto y no es que sea como las mujeres que a diario acostumbro ver en mi vida, cual perfectas modelos de pasarela, sino, la gracia y la naturalidad que desprende de ella, la hacen ver como ninguna otra… como un ángel caído del mismísimo cielo.
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