¡Hola, hola! ¿Cómo están? Yo muy contenta y feliz porque vengo con una nueva historia que hace mucho ansiaba compartirles. No sabría describirla en una sola palabra porque trata muchos temas que son de mi agrado como la comedia, el drama, el erotismo, arte y romance, pero sí que puedo mejor dejarles un pedacito para vez si se animan a leer ;)

—Deberías renunciar. No me gusta que estés pasando a cada nada por esto.

—¿Y trabajar de qué? Sabes que no me va ser un parásito.

—Pues yo soy uno muy feliz —rebate ella, sacándome una sonrisita—. Bueno, por el momento. Tampoco deseo estar así toda mi vida. ¡Pero ese no es el punto, Máx! Más vale que ese idiota le baje a sus ínfulas de Nazi que me voy a convertir en Jackie Chan y no le va a gustar.

Fresia estudia artes marciales vía YouTube, ya sabes, la escuela universal gratuita porque ajá, somos pobres, y ha aprendido como defenderse de forma estupenda. Hace días le metió una buena golpiza a Levi, mi hermano menor. Él le dijo que ella jamás podría derrumbarlo porque era como un gnomo y Fresia se enojó tanto que sacó su karateca interior. Levi terminó en Urgencias porque le dislocó el hombro.

—¿También lo harás volar como a Levi?

—¡También lo haré volar! —dictamina y es inevitable no reír.

¡Espero se animen a leer!

Los errores de Máxima