RECOMENDACIÓN LITERARIA
Mis amores, en esta ocasión llego para presentarles la novela de mi amiga Yanis Hidalgo, la novela se llama: ¿Para Siempre? Nunca y esta en proceso.
PEQUEÑO FRAGMENTO:
—Es realmente increíble que en pleno siglo 21, siendo hijo de una mujer luchadora que paso por miles de cosas, paso por el prejuicio de la sociedad machista, arcaica y retrógrada en la que vivimos, para lograr ser feliz con el hombre que amaba —me mira con asombro por saber esa parte de él, pero es un tema de dominio público desde que alguien lo saco a colación hace años en una de sus entrevistas —Teniendo una hermana luchadora que también tuvo que luchar contra sus demonios y la sociedad y se abrió camino en un medio un tanto difícil para las mujeres, para lograr ser la empresaria exitosa que es hoy y ser inmensamente feliz junto a su esposo y sus hijas. Que cabe destacar que usted afirma que son su debilidad. Usted siga menospreciado a las mujeres.
—Yo no menosprecio a las mujeres —se defiende, pero en este momento estoy demasiado molesta para detenerme.
—Ah ¿No? ¿Pues entonces es contra mí solamente?
—¡No!
—Mejor no digas nada, porque cada vez que abre la boca te enreda más —dice Max divirtiéndose con la situación, aunque yo no le veo lo divertido.
—Mire señor Torrencial, madure que estamos en pleno siglo 21 y usted tiene una madre, una hermana y tres sobrinas que son mujeres y no se merecen que por el simple hecho de serlo la humillen con comentarios como que por ser mujer no saber usar una palanca de cambio —terminó tendele yo esta vez la mano —Max, lamento informarte que te tendrás que regresar en taxi —digo gritándome hacia él, mientras selló mi apuesta con su hijo con un apretón de mano —Prepárate, Acher porque mañana morderás el polvo, por lo cual te sugiero que lleve en tus bolsillos mentas o chicle para el aliento —digo para molestarlo y lo logró, sus ojos me miran como si quisieran cortarme la garganta —Y para que vea que no soy mala —digo sonriendo triunfante. Sé que la mención de las mentas le recordó que le dije que tiene mal aliento y eso es justamente lo que quería. Por eso fue exactamente que lo hice —Te diré quien soy, a que me dedico y te daré la oportunidad de retirarte de la apuesta...
—No quiero saber quien eres, porque así sea la reencarnación de la diosa, Atenea —¡Vaya! Sabe de historia el imbécil. Atenea es la diosa de la sabiduría, la estrategia, la guerra, la civilización, estrategia en combate, de las ciencias, de la justicia y de la habilidad. Una diosa con muchos dones, capaz de ganarle una batalla a quien sea, por eso hace la comparación. Cree que ni siendo ella, seré capaz de ganarle —No me ganaría —se los dije. Su orgullo y aires de grandezas son demenciales.
—Perfecto, señor Torrencial —le di una última oportunidad y no la tomo. Muy su problema —Lo veo mañana a las nueve en la pista de carrera —digo parándome de mi lugar, logrando así que todos los hombres hagan lo mismo en señal de caballerosidad y educación, incluso el tarado a mi lado lo hace, ayudándome con la silla ¿Es bipolar? En un segundo se comporta como un imbécil sin educación, ni respeto hacia las mujeres y al otro tiene actos de caballerosidad como retirarme la silla para ayudarme a levantar o levantarse cuando yo lo hago. Su altitud es realmente confusa. Me confunde demasiado —Nunca subestimes a una mujer, señor Torrencial. Porque contrario a lo que los mitos que la sociedad machista nos ha hecho creer durante siglos y siglos, las mujeres no somos el sexo débil. Nunca lo fuimos y nunca lo seremos y le juro por mi vida que mañana aprenderá a respetar y a no subestimar nunca más a una mujer —doy dos pasos lejos de él, pero por un impulso me acerco nuevamente y dejó un leve beso en sus labios —Tome ese beso como un premio de consolación adelantado por su inminente derrota —me alejó nuevamente de él, muy al pesar de mi cuerpo, porque él quiere más de su cercanía y de lo que sus dedos estaba causando en él, cuando están tocándome en esa zona que tan deseosa de él esta —Ahora si me disculpan daré un paseo antes de irme a dormir.
—¿No te quedarás para el juego de póker? —pregunta mi papá con una sonrisa orgullosa en su rostro y yo sonrió agradecida de que no se haya enojado por mi despliegue de ira y por supuesto por el beso.
—No papá, estoy algo cansada y quiero estar fresca para ganar mi nuevo auto mañana.
—Nunca te daré a mi bebé —susurra.
—Eso lo veremos —digo de la misma manera —¡Buenas noches, caballeros! —exclamó antes de alejarme de ellos con una sonrisa triunfante en mi rostro. Mañana ¡Mañana!, le enseñaré a Acher Torrencial que con las mujeres no se juega, y mucho menos con Samantha Valle. Mañana tiraré al piso su ego, orgullo, aires de grandezas y superioridad y bailaré sobre ellos. Mañana le enseñaré a respetar a las mujeres, pero sobre todo le enseñaré a respetarme a mí...
1 comentario
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IngresarYa la estoy leyendo esta super buena.Gracias por la recomendación ?
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