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¿Quién Eres, Ártemis Gorman?

Dicen que entre más ganas se tienen, peor se tratan.

—¿Qué hará después del trabajo? —La mirada que recibió no era lo que esperaba.

—¿En cuantas partes le divido las...? —Calló, era mejor así.

—Vamos, termine la frase. —Le ordenó con arrogancia, eso la enfureció más. Saber el poder que tenía sobre ella le disgustaba.

—¿En cuántas partes le divido la mierda que le debe importar lo que haga o no? —La impresión en el rostro de Tristán fue justo la reacción que ella esperaba.

—Grosera.

—Metiche. —La risa sin contener los sacó de su discusión.

—Lo siento. —Vaden luchó por no reír a carcajadas, lo que provocó una risa más burlona. —Creo que me iré. —Sin mirar atrás se marchó, la mirada asesina de su amigo es una clara advertencia que no se debe estar cerca de él.

—¿Sabe usted que soy su jefe? —Ella asintió.

—Y como mi jefe debería respetarme y no interesarse por mi vida más allá de las puertas de entrada del edificio.

—¿Quién crees que eres para hablarme así? —Furia, eso es lo que siente por la insolente frente a él.

—Pongamozlo así. —Lo miró a los ojos con esa dulzura que no puede evitar ni con patanes como él. —Usted es la piedra y yo el huevo, pero si me rompe lo voy a manchar y por mucho que se lave el olor quedará impregnado en usted. —La tensión en Tristán incrementó, ha entendido perfectamente su referencia. —Así que aclaremos otra cosa, usted es mi jefe y solo mi superior en cosas de trabajo. No se meta en mi vida fuera de aquí y todo irá bien. —Dando media vuelta se dirigió a la puerta. —Jefe. —Con una amable sonrisa se despidió del hombre.