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E X T R A C T O

»¿No tienes ojos? —una vocecilla dulce, sin embargo, enfadada me grita. Abre la puerta del auto, dejandome ver a una pequeña rubia con lentes de sol y cabello preciosamente liso. —¿Acaso es mudo? ¡Casi cometo un delito! —me grita la alarmada mujer, quitándose sus lentes y dejándome aún más impactado. Además de tener un cuerpo bonito, tiene ojos bicolores.

—Lo siento —las disculpas salen roncas de mis labios.

—¡Por su culpa casi causo un accidente en mi primer día de trabajo! —resuella moviendo sus lindos brazos, exagerando en evidencia.

—Debería saber, preciosa dama… que no puede ir en un estacionamiento a ese nivel de velocidad…

—¡Usted debería ver a los lados! —suelta interrumpiéndome. —Aparte de infractora, mal educada...