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Camine tras de él recordando a la perfección como llegar a su antigua habitación. Entramos a su espacio y no había cambiado nada, los posters y fotos seguían a su lugar. Abrí el closet y todas las fotos mías habían desaparecido. 

—No las encontraras — me senté en su cama con él a mi espalda para revisar mi herida. 

—Donde están las fotos? — sentí el ardor cuando el alcohol toco la herida, pero ni me inmute. 

—Están en mi apartamento en Creed Ford, no podía correr el riesgo de perder todo sobre ti si mi padre las conseguía y se daba cuenta que si hijo tenía un problema.

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—Puedo sentir tu mirada sobre mi Corderito —Me sobresalté al escuchar su voz, pero me arme de valor y me acerque a él quitando mis sandalias en el camino, al tocar la cama ya no habría vuelta atrás, éramos solo Alan y yo, aunque deseaba muy en el fondo que Alex no nos diera espacio y estuviera aquí. Me arrastre por la cama acercándome a Alan, este no se movía la almohada seguía en su rostro y una de sus manos bajo su cabeza. 

—Que estás haciendo? — lo oí y pude detallar diversión en su pregunta. 

—Intento llegar a ti.

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