Seguimos de descuento con ¿Embarazada?

Hola, hola todavía seguimos de descuento con ¿Embarazada?

—Te odio Dalton Wolder, te odio —digo con enojo e impotencia y no sé de qué, bueno si se dé que es. —estoy harta de ver tu cuerpo sexy y provocativo pasearse frente a mí como si nada —me mira sin entender.

—Se puede saber de qué rayos estás hablando, ¿te sientes bien? —toca mi frente.

—No, no estoy bien —lo empujo.

—¡Ei que te sucede!

—que me sucede en verdad quiere saber, usted es lo que me sucede.

—No te entiendo

—y ahora se hace el inocente —Sonrió y niego. —no sabe cuánto lo detesto —paso por su lado.

—¿A dónde vas?

—No lo sé, pero si es preciso lejos de usted y de su ardiente cuerpo —levanta una ceja, resoplo y tomo mi bolso. —iré a la farmacia por un consolador.

—para qué demonios necesitas un consolador.

—para qué crees genio.

—no lo sé, como tampoco entiendo que es lo que te sucede.

—No lo haga es mejor así —doy unos pasos y soy detenida por su mano.

—Dorangel maldita sea no te estoy entendiendo nada —en verdad me va a decir que no entiende nada.

—Por su culpa estoy así.

—Ahora es mí culpa lo que te pasa —es que quiero golpearlo.

—si es su culpa y toda suya —forcejeo para que me suelte.

—estas pasando por esos cambios de humor que les da a las embarazadas ¿verdad?

—no, lo que estoy sufriendo es un colapso hormonal.

—¿colapso hormonal? no he leído nada de eso en ninguna parte.

—y no lo leerá, ya dejé de hacerse el tonto, sabe bien de lo que estoy hablando.

—no, no lo sé —dice con voz calmada y cara de inocente.

—no puedo con usted y su supuesta inocencia estoy segura de que otro lo hubiera entendido.

—¿Cómo Charlie? Él si lo entenderá ¿no?, porque no vas con él para que te ayude.

—Si debiese ir con él, pero sabe una cosa, Charlie no es el que se pavonea frente a mí sin sudadera provocando que mi cuerpo se caliente y me de calor, él no es el que provoca que desee tocar mi cuerpo y él no es el que ha despertado mi lívido sexual, ¡no es él!, sabe que no seguiré aquí charlando con usted, iré por mi consolador grande y grueso que me quite todo esto que siento.

—Eso no te servirá.

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