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Queridos Devoradores aún queda tiempo de adquirir a JUST ENJOY IT

Amarán la historia de Kieran y su pequeña Joy.

¡No se arrepentirán!

EXTRACTO:

El pasillo se veía eterno, la frialdad de aquel lugar le oprimió el corazón, así como el olor a hospital que sabía a Hugh le desagradaba. Él debía verla bien, aunque era demasiado difícil mentirle cuando la miraba a los ojos y negaba apenas con su cabeza. Respiró hondo y se animó a dar un paso, ese que le había costado demasiado en la mañana cuando al fin reaccionó, con los sentimientos flemáticos de llorar, que su castillo de ilusiones se había esfumado. 

Un paso… y se sostuvo de uno de los muros, su cuerpo estaba agotado, necesitaba la adrenalina que le proveía el odio, ese que había sentido la noche anterior para llevarse hasta la última prenda de la casa de Kieran. Ni siquiera quiso mirar el espacio que por días la llenaron de una quimérica felicidad, lo hizo sin respirar su aroma, sin pensar… o sí, pensó en cómo su corazón había sido engañado, pegado con besos que desaparecieron apenas la golpeó la realidad y se sintió tan humillada que deseó con todas fuerzas… que Kieran jamás haya existido. 

Si solo se hubiera quedado con el disfrute de una noche… si solo se hubiera quedado en esa atracción ilógica. Pero Joy lo sabía, por más que intentaba buscar excusas, la esencia de Kieran la obnubiló en el primer instante que su mirada profunda se adentró en ella.

Oyó los murmullos dentro del cuarto, no estaba solo y la voz de Hugh la obligó a contener su cuerpo contra la pared para recuperar su postura soberbia. Tomó el celular y leyó aquellos mensajes que le escribió a Harley… aquellas palabras que hubiera deseado que alguien se las dijera hacía años, así, desde el alma… sin pedir nada a cambio.

“No permitas que nadie vuelva a usarte, eres maravillosa, Harley. No vuelvas, no regreses. Aférrate con uñas y dientes a la vida. Vales más de lo que crees. Ámate tanto que el mundo tenga miedo de contradecirte… ámate y no permitas nunca que te den menos amor del que tú te tienes”  Yo estaré bien… Cuídate, Harley…

Lo leyó varias veces… se llenó de esas palabras imaginando que era la destinataria, soñando que alguien la fortalecía con sinceridad porque la amaba. Sopló la angustia, respiró profundo espantando el llanto y cerró los ojos para llevar tranquilidad a su pecho… sí había gente que la amaba para dedicarle la profundidad de esas palabras, pero debía mantenerlos lejos para que ese, “estaré bien”, sea posible. Sonrió amplio, estaba sola… pero se tenía a ella, y era una guerrera.