Actualización de Amor en el viejo Oeste
Pelusitas, no se pueden perder el capítulo.
quiero agradecer a quienes ya compraron la historia, les mando un abrazo.
un poquito de lo que se estan perdiendo.
Comemos algo mientras intercambiamos ideas de cómo combatir a los polleros que cruzan personas, hace algunas noches atrás recibimos una denuncia, alguien está cruzando droga usando a las personas como mulas, hemos montado vigilancia desde entonces, y aún no conseguimos atrapar a los responsables. Me despido cuando recibe una llamada, llevo una hora fuera de la oficina, me carcome la duda, por saber lo que está haciendo Muriel, al llegar encuentro a mi secretaria sumida en su trabajo, evito molestar y paso sin decir media palabra, al entrar encuentro la peor de las escenas, la pelinegra, sobre el sillón viendo cosas en su teléfono como si estuviera en su casa, el agua del baño a rebasando porque se está saliendo manchando los pisos de la habitación.
El jabón va en aumento, huele a desinfectante, mis botas chapotean en el agua, veo papeles tirados flotando, algunas cosas de valor, y la más irresponsable del mundo ni cuenta que se ha dado del desastre que acaba de causar.
—Jodida Muriel, me vas a reventar el hígado— grito fuerte, sacando al demonio en mi interior.
Se alebresta, cae al piso, en el proceso se golpea con la esquina de un portarretrato que había en el suelo, sangra y se desmaya.
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