Cada día estoy más convencida de lo ciega que están las personas; sus vidas giran en torno a cosas materiales. Vidas sin sentido, sumergidas en la miseria, avaricia, codicia, egoísmo, ambición. Cuando vino el dinero, se fue el amor, la bondad, la humildad, la amabilidad... Cosas realmente importantes las dejaron a un lado y aparecieron: el odio, la rivalidad, vanidad, vanagloria.
Yo creo que una de las consecuencias más lamentables del capitalismo y el inconmensurable avance tecnológico es la creciente individualidad que genera entre las personas. Personas, seres humanos que son, eminentemente, seres sociales.
Tu reflexión me hizo acordar a un escrito de Eduardo Galeano, llamado "Para mayores de 40", el cual habla acerca de cómo la cultura material (y la inmaterial también) se fue haciendo cada vez más y más desechable. Acá dejo uno de mis fragmentos favoritos:
"Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones [...]"
Hola. :) Quizá tengas razón, el consumismo nos ha vuelto fríos. Sin embargo este era un fenómeno ya anticipado desde inicios del siglo anterior. El mismo Charles Chaplin lo denuncia en su película El Dictador y más aún el mismo José Ortega y Gasset en su libro La rebelión de las masas. El consumismo nos llevaría a este estado de sombificación.
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Sí, quiero
3 comentarios
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IngresarYo creo que una de las consecuencias más lamentables del capitalismo y el inconmensurable avance tecnológico es la creciente individualidad que genera entre las personas. Personas, seres humanos que son, eminentemente, seres sociales.
Tu reflexión me hizo acordar a un escrito de Eduardo Galeano, llamado "Para mayores de 40", el cual habla acerca de cómo la cultura material (y la inmaterial también) se fue haciendo cada vez más y más desechable. Acá dejo uno de mis fragmentos favoritos:
"Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones [...]"
Saludos!
Fille Infinie, ¡ME ENCANTA¡
Saludos desde Colombia.
Eso nadie lo duda. El mundo apesta a alienación, supongo que nuestra tarea como escritores es en parte desalienar a las masas.
Christo Herrera Inapanta, ¡Tiene razón!
Debemos ser voces activas que actúen en PRO de lo que resulte bueno para el hombre.
Hola. :) Quizá tengas razón, el consumismo nos ha vuelto fríos. Sin embargo este era un fenómeno ya anticipado desde inicios del siglo anterior. El mismo Charles Chaplin lo denuncia en su película El Dictador y más aún el mismo José Ortega y Gasset en su libro La rebelión de las masas. El consumismo nos llevaría a este estado de sombificación.
Christo Herrera Inapanta, Algunas personas ya se encuentran en el.
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