Sí, enloquecí
Enloquecí porque se me dio por publicar de sopetón todos los cuentos que me faltaban. Y, con eso, anuncio felizmente que Atlas ha sido concluida. Adoro esta antología. Adoro el proceso de escribir relatos cortos; los recuerdos particulares de cada uno, las inspiraciones aleatorias, la inmensidad de emociones e ideas concentradas en pocas palabras.
Siento un amor inmenso, especialmente, por el quinto y sexto cuento. Sobre ellos hablaré en otra entrada; por el momento les dejo una cita del quinto relato, Los hijos del Océano (es mi hijo consentido, valga la redundancia jaja).
"Lloré por el Océano, magnánimo y glorioso un día, y ahora tan solo y desesperado. Lloré por la pérdida de la pureza característica de los tiernos niños. Lloré por el olvido de nuestras raíces. Lloré porque mi memoria era también como la de un mero grano de arena: inservible, inútil, incapaz de enfrentarse a las masas históricamente ignorantes."
Hablar de esta historia me llevaría muchísimas palabras, pues surgió de la semilla de una idea que germinó y floreció, dando lugar a otras muchas micro-ideas que me tomé el paciente trabajo de intentar plasmar con la mayor claridad posible. Así que, como dije más arriba, de éste y A su imagen y semejanza hablaré más adelante.
Como un pequeño spoiler, les puedo decir que conforman una trilogía algo extraña junto a Tu niño.
De verdad me harían inmensamente feliz si le dieran una oportunidad a mis niños consentidos. Tienen toda mi alma y corazón puestos en ellos.
2 comentarios
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IngresarWoooow actualizaste un montón de cosas hoy!! No bien pueda me pondré a leerlas. De momento, ese fragmento me ha gustado mucho.
Saludos!
Anabella Filippi, jajaja sii, tuve un día de locura. Muchas gracias! Saludos.
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