Lo Jamas dicho.
Evoco un perdón mudo, una súplica callada que le salía de las entrañas pero que era incapaz de solucionar el daño, quien perdona cuando no sabe que es engañado y más aún cuando ignora que se está arrepentido; Sin embargo para ella fue suficiente y en su duelo interior estaba a paz con lo que fuere que hubiere echo o con lo que hizo pero ya oculto de sí misma con una habilidad innata de quien evade sus errores, habilidad que le servía de escudo cada vez que sentía volver a sus andanzas y no añoraba ser la chica normal que todos admiraban.
Para ella, ver desde tercero lo que en carne propia había hecho era fácil, era como salirse de si misma, observar y juzgar lo que otros podrían hacer y ella sería incapaz de pensar. Cuanto más estaría dispuesta a vivir una vida prestada con compañías perfectas pero no anheladas.
Lo tenía todo o al menos lo que ella pensaba que podría llenar su vida, sin embargo a veces te invade un vacío, es como si adentro de ti simplemente existiera un YO deseoso de gritar lo que afuera no sale, como si tuviera una envoltura que no dejara apreciar el contenido de la pintura, no era ella, era quien querían que fuera ella, quien la gente pensaba que debía ser ella, pero jamás fue ella. Por eso era más fácil huir, ser vil y vivir en secreto la vida que no se atrevía a musitar y que en ocasiones ella misma rechazaba al ver ejemplos en televisión o periódicos, como cuando se acercaba su compañero de trabajo y le hablaba sobre como la nueva de papelería hizo esto o lo otro, y simplemente te parece impropio, pero por dentro tu YO baila al son de la melodía ajena, y del escozor que produce ser quien en realidad quieres ser.
Él es perfecto, es sincero, bueno y atractivo. Único y apto totalmente centrado y apropiado, encantador y aunque en cierto plano lo quería lo admiraba y seguramente si no fuera de ella lo envidiaría y deseara, para ella no era más que la fachada de la vida perfecta que asumiría tener.
La noche llego tan pronta y al tocar la cama, parte de ella se basó en un ir y venir de críticas mentales sobre su reacción y sobre cómo se sentía, que si fuera capaz tomaria otra ruta, escasa de determinación, cerró los ojos sin esperar nada más que un encuentro interior y secreto.
El lugar era sereno, frio y garbo como si fuera idealizado, como si en él hubiera dedicado parte del día para que fuera perfecto, camino hacia el umbral y lo vio del pie sobre lo que seria un perfecto altar de piedra, él no es perfecto y ella no entiende por qué insiste en idealizarlo, pero en este punto ella no manda, solamente, VIVE.
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