Devoción 18+

Pandora Beaumont nació sin un nombre, mucho menos con un pasado al que aferrarse, pero si con un pecado. Una marca siniestra que la condeno a la soledad de una pequeña jaula, rodeada de sombras que no paraban de repetirle que era el castigo divino que merecía. Nunca escucho esas viles palabras, se negaba a creer que Dios la había sometido injustamente, y aun cuando el destino parecía ir en su contra, todo cambio todo cambio cuando coincidió con esos ojos dorados al final del pasillo, un poco tarde pero en el momento exacto para ser salvada por la familia Beaumont, quienes la adoptaron y la pusieron en una jaula mas grande.

Una jaula llena de mentiras de la que estaba decidida a salir, así le costara días, meses incluso años.