Lo Que No Se Dice. 18+

Tenía veinticuatro años cuando la encontré. Tenía veintidós cuando volvió a respirar el aire del mundo exterior. Doce años habían pasado desde que una niña de diez fue arrancada de su casa sin ruidos, sin testigos, sin una sola pista. Hubo sospechas y preguntas, pero nada llevó a la verdad. Y ahora, después de tanto tiempo, yo (un detective aferrado apenas a su cordura) la hallé en el sótano podrido de un hospital abandonado. Estaba golpeada, atada, reducida a piel y huesos… pero viva. Sus padres soñaban con un final feliz, pero esto solo fue el inicio del horror. No quiere ver a nadie. No permite que nadie se acerque. Solo a mí. A veces creo que es porque fui quien la encontró, o porque estoy tan roto como ella. Pero lo veo en su mirada: guarda un secreto capaz de destruir muchas vidas.