The Harem 18+

Ella estaba parada allí con su hermoso pecho de copa C colgando de su escote, la falda levantada hasta el ombligo, las bragas caían al suelo y 3 dedos enterrados en su coño. Sus jugos ya habían empapado la parte interna de sus muslos y estaban bajando hasta los tobillos, formando un pequeño charco entre sus pies, donde el néctar goteaba de su mano. Me miró con ojos vidriosos, agarró mi camisa y me llevó al cubículo. En casi un movimiento, cerró la puerta, sacó los dedos de su coño, los metió en mi boca, dejándome probar su dulce néctar y con la otra mano abrió mis pantalones.