Miradas
1 libro
La vida de Clara cambió el día en el que se vio privada de su libertad. Las cuatro paredes que la mantenían encerrada y sumida en la oscuridad no le parecían tan temibles como aquel monstruo de mirada intimidante. El calvario que vivió bajo su yugo no solo le dejó heridas físicas que más tarde la marcarían por siempre, lo que más le dolía eran las cicatrices de su alma. Nadie le dijo que escapar de las garras de su captor no significaría ganar la partida, que los miedos formarían parte del subconsciente y que jamás olvidaría al protagonista de sus pesadillas. Nadie le dijo nada de aquello porque siempre existía una esperanza, una persona, capaz de hacerle olvidar el pasado. Alguien le dijo una vez "somos de quien besa nuestras cicatrices sin abrir heridas nuevas" ¿Decía la verdad o mentía?
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