Posé mis manos en su torso totalmente desnudo, nuestras miradas se juntaron y nuestras respiraciones alborotadas se convirtieron en una sola.
Tomé su rostro con fuerza arrancando un leve gemido por su parte, y al devorar su boca hambrienta me perdí en sus ojos azules como el mar profundo.
Álex...
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lenguaje adulto, muerte, sexo y drogas
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