Me siento en la cama y me estiro, me paró para ir al baño a refrescarme un poco, al ver hacía la ventana veo a un hombre sentado mirándome fijamente.
—¡ Por Dios! — me tiré al otro extremo de la cama y corrí con dirección a la puerta, pero él fue más rápido y evitó que huyera.
...
824
127 457
Texto completo
149 pág.