Qué idiota era. Emma se lo repetía una y otra vez, como una letanía inútil: ¿Por qué le gustaba ese chico?
No era su tipo. Para nada. Caminaba con una despreocupación que rozaba la arrogancia, vestía siempre de negro como si llevara a cuestas una tormenta, y su forma de ser era tan enigm...
Hay en el texto:
amor celos
0
54
En proceso: 11 Junio
8 pág.