23 años y sobreviviendo a la vida de estudiante de Derecho. Entre códigos, libros y sentencias, encuentro respiro en las palabras. Traduzco historias cuando necesito escapar de la rigidez de las leyes, buscando en otros mundos lo que a veces se pierde en el mío.

Dibujo cuando las palabras no alcanzan, cuando los pensamientos se desbordan y solo los trazos logran darle forma a lo que siento.

Algún día, tal vez, me atreva a compartir algo que sea completamente mío… historias que han crecido en silencio, esperando su momento para ver la luz. Por ahora, disfrutemos del viaje, entre líneas prestadas y sueños propios que aún están por escribirse.
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