Llevo viva ya una veintena de abriles, sin saber aún cómo llegué tan lejos. Derramo parte de mi alma en cada cosa que escribo, considero a cada personaje la progenie que nunca tendré y los amo como tal. Fumadora por vicio y a veces social. Escribo porque prefiero ser escritora a suicida, la necesidad expresa de soltar todo antes que ahogarme con ello.

Soy de un pueblo pequeño con gente pequeña y me fui a una ciudad grande para ser, si bien no grande, no-tan-pequeña. Estudio por amor a la ciencia.

No sé quién soy, pero trato de saberlo, no sé a dónde voy pero sigo avanzando, no sé qué quiero pero sé que no quiero. La conversación es gratis y las ganancias abundantes, una mano amiga siempre estará extendida.

Pueden llamarme Shini.
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