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¿Algo sobre mí?
Tengo una maldición un poco extraña: me dejo consumir por las historias que crea mi mente. Es tanta la necesidad de estos personajes por vivir, que me obligan a estar acá, contándolas.
Pero si tuviera que hablar sobre quién creo que soy en esta vida, debería empezar con que adoro las comidas de mi novio Martín, los abrazos de mi mamá y las risas de mis amigas, de las cuales soy muy afortunada de tener.
También soy bastante perfeccionista, al punto de no abandonar una idea hasta tenerla completa. Lo bueno es que con un buen fernecito —mi gran debilidad— o un poco de bachata para soltar el cuerpo, me despejo y sigo.
Por suerte —y como todo en esta vida— estoy en constante cambio, intentando encontrar mi camino y hacer las paces conmigo misma.
Tengo una maldición un poco extraña: me dejo consumir por las historias que crea mi mente. Es tanta la necesidad de estos personajes por vivir, que me obligan a estar acá, contándolas.
Pero si tuviera que hablar sobre quién creo que soy en esta vida, debería empezar con que adoro las comidas de mi novio Martín, los abrazos de mi mamá y las risas de mis amigas, de las cuales soy muy afortunada de tener.
También soy bastante perfeccionista, al punto de no abandonar una idea hasta tenerla completa. Lo bueno es que con un buen fernecito —mi gran debilidad— o un poco de bachata para soltar el cuerpo, me despejo y sigo.
Por suerte —y como todo en esta vida— estoy en constante cambio, intentando encontrar mi camino y hacer las paces conmigo misma.
Sí, quiero