No soy solo quien escribe la historia de Enya. En muchos aspectos, soy quien la siente, la sueña y la vive en silencio. Enya es la voz que a veces no puedo usar, la valentía que aún busco, y la mirada con la que intento entender un mundo que no siempre encaja. A través de ella exploro las preguntas que me han acompañado desde siempre: ¿Qué es real? ¿Qué se nos ha ocultado? ¿Qué significa pertenecer?

No escribo para impresionar. Escribo para encontrar sentido. Para abrir ventanas donde antes había muros. Para que alguien —quizá tú— se asome y diga: “Yo también he sentido esto.”
Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.