Espacio cerrado que me confina los órganos, se desliza por los poros de mi piel, alfombra negra me moja los pies, cae un charco de agua salada.
Filtrándose por las comisuras de mis ojos, vértebras vacías controlan mis manos, mis impulsos inhibidos son
Mi cuerpo se deshace en humo negro, mi mente se cierra y la garganta se quema con la saliva fundida en sangre
La puerta vacía abierta está, trae consigo un adivinanza irracional que no quiero responder
Mis manos torcidas están, las astillas se han clavado en el interior de mi ombligo, buscan desesperadas una fuente de líquido encontrar
La negra neblina se escapa de viejas encías y la puerta rechina como un niño que perdió el camino a su cuarto en morada azul las miradas no se ven, los golpes no suelen resonar
Las puertas no rechinan y el vidrio no cae, las puertas de vigas llena de sangre no está, el alcohol no se escurrió en morada azul la desdicha no existe
En morada azul las puertas son pasillos pequeños dónde se escapan los susurros y el sollozó acuna el cáliz de vientre que se derrama por el rabillo del ojo, de aquél niño que vivo estaba.
La puerta que vacía estaba hoy carga con la muerte de un pobre niño, su cuerpo se deshace en matiz natural, la neblina cubre sus ojos vacíos, las cuerdas sus manos huesudas acunan y la puerta se cierra ocultando esa humillación.. el niño jamás volvió a salir de aquél cuarto.