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El Final de un Viaje

  La noche envuelve el Oeste como un manto oscuro que oculta sus secretos y cicatrices. Las estrellas brillan en el cielo como guardianes silenciosos, observando cada movimiento en el mundo terrenal. La luna, con su pálido resplandor, ilumina mi camino mientras avanzo hacia una pequeña colina en el horizonte.

Mis pensamientos están enredados en un torbellino de emociones contradictorias. Por fin, he alcanzado la venganza que tanto anhelaba. El rostro de mi difunto esposo parece sonreírme desde las estrellas, y una sensación de triunfo me inunda. He cumplido mi promesa, he limpiado el nombre de mi amado y he hecho justicia por las atrocidades que sufrí.

Pero, en medio de la victoria, la sombra de la pérdida se cierne sobre mí. Me encuentro frente a una tumba recién excavada, una tumba que yo misma construí. Aquí yace el joven valiente que me salvó en el desierto: el sacrificio que hizo posible mi venganza.

Las lágrimas llenan mis ojos mientras observo el montículo de tierra fresca. "Prometí que vengaría mi perdida", susurro con voz quebrada. "Pero nunca imaginé que sería a costa de tu vida."

Me arrodillo junto a la tumba del joven, mis dedos rozando la tierra húmeda. Sé que no puedo cambiar el pasado, pero puedo honrar su memoria. En mi mente recuerdo las palabras amables que compartimos y el lazo que se forjó en medio del desierto implacable.

"Descansa en paz, valiente amigo", murmuro. "Tu sacrificio no será en vano. Nunca te olvidaré."

El viento nocturno susurra entre las hierbas altas, como si llevara consigo las palabras de despedida. Me levanto lentamente y me alejo de la tumba, con una mezcla de melancolía y triunfo en mi corazón. He completado mi viaje, he encontrado la redención y he honrado la memoria de quienes perdí en el camino.

Mientras avanzo hacia el horizonte, sé que nunca olvidaré esta noche, este lugar ni a aquellos que me acompañaron en mi búsqueda de venganza y redención en el implacable Oeste.

La luna sigue iluminando mi camino, y las estrellas siguen siendo testigos silenciosos de mi historia. Mi viaje ha llegado a su fin, pero las cicatrices y las lecciones perdurarán para siempre en mi alma. Sonrío al mirar la vastedad del paisaje mientras pienso:

Es hora de regresar con mi Esposo



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En el texto hay: novelacorta, argentina, drama

Editado: 03.09.2023

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