Día 1
Eric abrió los ojos y miró a su alrededor, viendo que estaba en un bosque frondoso y muy verde. Aunque más allá de eso, lo primero que hizo fue comprobar que llevaba todo lo que había cogido, así que sacó las cosas de la mochila y las fue inspeccionando.
Entonces, cuando estaba revisando cada una de las cosas, se encontró con el reloj que le había dado antes Jake, viendo que el aparato ya había empezado a restar minutos. Así que tras contemplarlo durante unos segundos, lo guardó junto con el resto de las cosas y miró a su alrededor para pensar en qué hacer. Siendo lo primero que se le ocurrió, el encontrar un refugio para poder sobrevivir estos siete días, así que como no tenía ningún lugar cerca que le gustase, decidió buscarlo.
Empezó a caminar a través de la densa maleza, habiendo a veces que era imposible avanzar, lo que le obligó a buscarse una alternativa por otro sitio. Estando así siempre en movimiento.
Mientras seguía su caminata, iba viendo que los arboles eran inmensos a la vez que se iba dando cuenta de que las plantas eran diferentes a las que él conocía, por lo que debía de tener mucho cuidado con lo que tocaba.
Tras estar caminando un buen rato, lo único que había encontrado era arbustos, arboles y más maleza, aunque también le sirvió para ver que apenas había animales por ahí, motivo que le preocupó, ya que esa iba a ser su fuente de alimentación para el resto de los días.
Eric, algo cansando, se paró y miró el reloj. Habían pasado 3 horas, así que ya era el momento para comer. Se guardó el reloj y buscó un sitio en los alrededores en el que sentarse. Cuando lo encontró, se apoyó en el suelo, sacó la comida de la mochila e iba a dar su primer mordisco cuando escuchó agua fluir por alguna parte.
– ¡Agua! – Se exaltó Eric.
A continuación, metió corriendo la comida en la mochila, se levantó e intentó seguir el sonido del agua, no tardando mucho en encontrar lo que parecía un riachuelo. Nada más verlo, Eric se fue corriendo hacía él para meter las manos, sintiendo el agua correr por los dedos. Tras esto, Eric se fue al borde del riachuelo y ahora sí, se puso a comer.
Después…
Iba a reanudar la caminata, cuando escuchó un gran rugido detrás suya, así que giró lentamente hasta poder ver el animal, o mejor dicho a la bestia.
– ¡Ahhhh! – Gritó Eric asustado.
Estaba viendo a unos 100 metros un animal enorme, era gris, tenía cuatro patas, contundente, era bastante largo y tenía una altura de casi un metro. Pero lo más preocupante de todo, eran los cuernos afilados que tenía en su cabeza.
– ¿Qué demonios es eso?
Eric se quedó mirando al animal unos pocos segundos más, pero como no quería que le viese, cogió la mochila y se puso detrás de unos arbustos.
– Ojala lo pueda inmortalizar – pausó –. ¡Espera un momento!
Eric cogió la mochila y miró en los bolsillos laterales que antes no había registrado. Se fue directamente al bolsillo derecho y encontró lo que estaba buscando, su móvil. Había ocurrido todo tan deprisa, que no le había dado tiempo a dejarlo en la central.
Lo primero que hizo fue mirar la cobertura, pero desgraciadamente no tenía ni una raya. Después miró la batería que le quedaba, un 79%, la suficiente como para echar un par de fotos. Así que tras realizar estas comprobaciones, Eric se fue al borde del rio para hacerle una foto al animal.
Vio que seguía en la misma posición que antes, bebiendo agua, así que se metió un poco en el rio, pulsó el botón para hacer la foto y sonó "plash". En ese instante, Eric sabía que la había cagado, así que se quedó quieto hasta que dejó de mirar al móvil para hacerlo en la bestia. Éste le estaba mirando con cara de curiosidad, y por si fuera poco, la bestia pegó un rugido descomunal, haciendo que Eric cogiese la mochila y se pusiera a correr como un loco.
– ¡Corre como nunca! – Gritó mientras empezaba a correr.
Tras estar corriendo unos minutos, Eric se paró en una explanada y comprobó que el animal no le estaba siguiendo.
– Menos mal – suspiró.
Eric recuperó el oxígeno y se puso a mirar a su alrededor, detrás suya estaba el rio por el que había bajado corriendo, a la derecha y a la izquierda más arboles y en frente de él había un pequeño camino de tierra. Cuando vio esto último, no se lo pensó dos veces y se metió en el camino para empezar a recorrerlo. Mientras lo hacía, Eric pensó en el beso que se habían dado Katherine y él, es cierto que durante el entrenamiento se habían convertido en buenos amigos y que se lo pasaban bien, pero el beso cambió la forma de pensar de Eric, así que a partir de ahora sabia que las cosas entre ellos iba a ser diferente, no sabía si para bien o para mal.
Mientras estaba pensando en aquel extravagante tema, se dio cuenta de que el camino nunca se terminaba, ni si quiera había visto una aldea o una casa. Es más, llegó un momento en el que el camino era peligroso, ya que a los lados había plantas carnívoras enormes que de vez en cuando intentaban morder a Eric, pero por suerte y gracias a los reflejos que tenia, ninguna planta consiguió llevarse su premio.
Siguió caminando hasta llegar a una ladera, momento en el que se paró para echar un vistazo. Vio que ya estaba empezando a anochecer, cosa que le preocupaba mucho, ya que no tenía aun en dónde refugiarse. No sabía qué hacer ni hacia dónde continuar, así que volvió a mirar a su alrededor y esta vez se fijó en algo que antes no se había dado cuenta, había una luz bastante tenue que atravesaba de mala manera las ramas de unos árboles. Viendo que anochecía, Eric no lo dudó ni un segundo y se fue a investigar.
#5018 en Fantasía
#1065 en Magia
#1999 en Personajes sobrenaturales
primer amor romance juvenil, magia amor aventuras guerras muertes, fantasia magia amor soldados planetas
Editado: 03.04.2024