1. Lesam. La Hermandad

Capitulo 26

Semana 34.Viernes.

Habían pasado tres semanas desde el incidente, y David seguía algo preocupado con el asunto. Ya que mató a medias al hijo de Alexandre y no sabía las consecuencias que podía traer eso.

Pero hoy, aquello le preocupaba menos. Ya que ayer fue el último día de clase y durante esta mañana los alumnos volverían a sus casas para disfrutar del merecido descanso. Lo que significaba una cosa, era día de despedidas.

A David no le gustaban las despedidas. Es más, si fuera por él, se marcharía de allí sin decir ni un solo adiós. Pero aquella ocasión era diferente, ya que estaba Ángela. Persona que había sido una hermana para él y persona que no la volvería a ver en un buen tiempo.

Así que tras guardar todo en sus correspondientes maletas, Nicole y David bajaron al comedor.

 

Y justamente, a la primera persona que vieron nada más entrar, fue a Ángela. Que se dirigía hacia la salida y que llevaba puesto un vestido azul marino que le encajaba a la perfección.

– Ángela... – David se fijó en que iba maquillada y en que llevaba unos tacones muy altos –. Estas impresionante.

– Uy... Gracias – Ángela sonrió –. Es para la graduación.

– ¿Pero eso no fue ayer? – Preguntó David.

– La de ayer fue con el colegio y la de hoy es con el ministerio – le explicó Nicole.

– ¡Ah! – Entendió David –. Pues disfruta, que te lo mereces...

– Gracias de nuevo, David – le dijo ella.

– No – David negó con la cabeza –. Gracias a ti por ser la persona que eres.

– ¡Eso! – Agregó Nicole –. ¡Eres la mejor!

– Vaya... – Ángela se acercó a Nicole y le dio un abrazo –. Gracias por decir eso.

– Es que es verdad... – Recalcó Nicole en cuanto rompieron el abrazo.

– Y David... Yo... – Se acercó hacía él y le abrazó fuertemente –. Sin ti estaría ahora mismo sin rumbo. Así que gracias. Gracias por hacerme feliz y gracias por estar siempre ahí – pausó –. Te quiero.

– Yo también te quiero – soltó David sin apenas creérselo.

– Oh... Qué bonito – añadió Nicole y a continuación Ángela y David rompieron el abrazo.

– ¿Prometes que me escribirás todos los días? – Preguntó Ángela.

– Te lo prometo – asintió David.

– Bueno, será... Mejor que me marche – le costó decir a Ángela –. Quiero darme unos últimos retoques.

– Si no te hace falta. Estas perfecta – le comentó David.

– Oh. Gracias – Ángela se acercó a David y le dio un beso en la mejilla derecha, dejándole la marca de los labios en la piel.

– Adiós Nicole. Espero que te vaya todo bien – le dijo Ángela en cuanto de separó de David.

– Igualmente Ángela – contestó ella –. Ya me contarás como te va todo…

– Sí, tranquila – asintió Ángela –. Te escribiré de vez en cuando – y a continuación miró de nuevo a David... –. Adiós, David...

– Adiós Ángela – respondió David intentando parecer serio y no triste, que era realmente cómo se sentía.

Y tras una última sonrisa entre los dos, Ángela cogió fuerzas y se marchó del comedor.

– Si no fuese porque le gustan las chicas, seriáis la parejita ideal – comentó Nicole en cuanto se quedaron ellos dos solos.

– ¡Nicole! – Refunfuñó David –. ¿Cómo te atreves...

– ¡David! – Emily apareció de la nada y le interrumpió.

– Emily... – Fue lo único que dijo David.

– Solo quería darte las gracias por todo lo que has hecho por mí – le explicó ella.

– No, por favor. No ha sido nada – contestó él.

– Sí que lo ha sido – le rectificó Emily.

David no supo que contestar a eso.

– ¿Nos vemos en el próximo año, no? – Preguntó Emily.

– Sí, claro – asintió él.

– Por supuesto – añadió Nicole.

– Pues... Pasad un buen verano – Emily se acercó a David y le dio un beso en la mejilla izquierda –. Adiós David... – Le susurró al oído y a continuación se fue.

– Tienes muchas pretendientes... – Comentó Nicole en cuanto Emily se marchó por la puerta.

– ¡Qué dices! – David la miró con mala cara.

– No te hagas el tonto. Lo sabes perfectamente – le contestó Nicole.

– No son pretendientes. Solo son amigas – le recriminó David.

– Ya claro. Lo que tú...

– Hola, chicos – apareció Alessia junto a Robin. Lo que le llevó a pensar David que esto era un sin parar.

– ¿Ni un segundo para descansar? – Murmuró Nicole.

– ¿Y esa mancha de labios que tienes en la mejilla? – Alessia señaló a David.

– ¡¿Qué?! – David se llevó la mano a la mejilla derecha e intentó limpiarse los restos del pintalabios –. Ha sido Ángela...




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