10 Razones Para No Enamorarme De Ti

LOCURA

—Y eso a ti en que te afecta Kiran —grito molesta —eres un puto imbécil, no me hablas, me ignoras por completo y ahora crees que puedes decidir quién se acerca a mí, te odio, me largo, pensaba tener un rato agradable no a discutir contigo, no me jodas.

Estoy tan furiosa, me le acercó y le doy una bofetada que hace que todo el lugar quede en un silencio.

Empiezo a caminar en dirección a la salida, lo último que quiero es seguir en este lugar, escucho que Matt grita mi nombre, pero no me detengo, no quiero darle falsas esperanzas al chico, en realidad no me gusta, solo lo veo como un amigo, no quiero jugar con los sentimientos de nadie, no quiero que el karma me alcance.

Naty tiene razón, Kiran es el único que me vuelve loca, no me habla, me ignora y ahora se molesta porque Matt me besa, acaso quiere que termine en un manicomio.

Subo a un taxi y le doy la dirección de mi casa, en realidad no sé por qué estoy tan molesta con él, ni siquiera somos nada y además él estaba besuqueándose con la rubia falsa, que horror.

Definitivamente, ese chico pone mi mundo de cabeza, moría de celos y quise demostrarle que yo también podía ignorarlo como él lo hacía conmigo, pero falle.

Mi teléfono empieza a timbrar, es mi amiga, le envío un mensaje y le hago saber que estoy bien, que voy de regreso a mi casa.

Cuando bajó del taxi lo veo en la entrada de mi casa con las manos en los bolsillos, sacó las llaves de mi bolso y camino a la entrada le paso, por un lado, siento cuando toma mi brazo.

—¡Que es lo que quieres de mi Anto! Me estás volviendo loco, que no lo ves —me dice frustrado.

Me suelto bruscamente de su agarre y continuo caminando.

—No quiero nada de ti —respondo en tono frío —vete con Valeska, no quiero verte y mucho menos hablar contigo.

Abro la puerta entró y la azoto, pero como no la escucho cerrarse, me giro y él está de pie sosteniendo la puerta con su mano derecha, entra y cierra, se acerca a mí lentamente, doy un paso atrás y trago grueso.

—¿Estás celosa? —me pregunta con una sonrisa.

—No —murmuro algo nerviosa.

No entiendo por qué mi cuerpo reacciona cada vez que lo tengo tan cerca.

Kiran me toma por la cintura y estampa sus labios con los míos con tanto deseo, sus labios se mueven de una manera tan ansiosa, como si quisiera devorarme en segundos, respondo al beso sin pensarlo, segundos después su lengua húmeda está en mi cuello, un gemido bajo sale de mis labios, miles de sensaciones recorren cada fibra de mi ser.

—No tolero verte con ese imbécil y lo sabes —susurra en mi oído.

Solo asiento con la cabeza, él continúa besando mi cuello, baja hasta mis pechos, sus manos hábiles viajan bajo la falda de mi vestido, siento cuando acaricia mi piel a través de la tela de mi tanga, un gemido más fuerte sale de mí, en realidad no quiero que se detenga, no me importa que nos odiemos, a fin de cuentas la más perjudicada sería yo, él se detiene y me mira fijamente, sus ojos recorren cada parte de mi cuerpo con total descaro, puedo notar el deseo en su mirada.

—No pares —le digo mientras estampó mis labios de nuevo con los suyos.

Sus caricias hacen que cada segundo mi deseo aumente de una manera que ni siquiera yo puedo explicar, dicen que el odio es un sentimiento semejante al amor y no metían, Kiran se quita la camisa, mis ojos viajan a ese cuerpo de dios griego que se carga, mi respiración es un caos total y mi razón simplemente se fue al carajo, paso mis dedos por su abdomen, me remojo los labios con ansias de más.

🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸

A la mañana siguiente despierto con un dolor de cabeza horrible, me tomé unos cuantos tragos, la verdad no estoy acostumbrada a beber, me siento en la cama y me doy cuenta de que llevo la camisa de Kiran puesta.

Una sonrisa se dibuja en mis labios, sé que estoy loca o algo parecido, tomo un baño y me arreglo, camino esa mañana hasta el instituto, me lo encuentro en la entrada, lleva unos lentes negros que lo hacen ver demasiado sexi, me remojo los labios.

—¡Hola Anto! —me saluda con una de esas sonrisas baja bragas.

—¡Hola!

Observo a Valeska y sus amigos a unos metros de nosotros, la chica me fulmina con la mirada, parece estar muy molesta.

—Creo que te están esperando —le digo observando al grupo de chicos —deberías de ir con ellos.

—No lo creo, estaba esperándote, siempre estoy con ellos, sobrevivirán —me dice con una sonrisa.

Se acerca y toma mi mano, me acerca a él y me da un beso en los labios, su beso hace que una corriente eléctrica recorra mi cuerpo en segundos.

—Tu padre cree que soy tu novio, así que estoy haciendo lo mejor posible, me gustaría saber que llevas puesto debajo de esa ropa.

—¡Eres un imbécil! —le digo con una sonrisa.

—Sí, un imbécil que te gusta mucho —dice remojándose los labios con total descaro.

—Eso no es verdad —me cruzo de brazos.

—Eso no era lo que me decías, anoche —susurra en mi oído —te veías muy entusiasmada, ¿lo recuerdas?

Mi carita se pone roja como un tomate, entramos caminando y todas las miradas están sobre nosotras, las demás chicas me ven como si fuera su peor enemiga y los chicos parecen sorprendidos.

—¿Por qué nos miran de esa manera? —Pregunto con curiosidad.

—No le des tanta importancia.

Observo a mi amiga junto a Matt en los pasillos, la chica me muestra una sonrisa, niego con la cabeza, Matt se ve algo disgustado, uno de los amigos de Kiran se acerca a nosotros.

—Lo conseguiste, hermano —dice, dándole unas palmaditas en la espalda.

—Cállate imbécil.




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